Jugando con la miseria de la gente
Tixkokob no ha muerto por el huracán... vive con más fuerza...
Por Alex Contreras Baspineiro
Becario de la Escuela de Narco News de Periodismo Auténtico
18 de febrero 2003
En una población maya de México, en el corazón de Bolivia o en Venezuela… en muchos rincones de nuestra América ocurren desastres naturales. La diferencia la hacen la solidaridad, el apoyo de los gobiernos… y también la libertad de expresión.
Hace más de 150 días que miles de pobladores de la península de Yucatán en México fueron afectados por la fuerza devastadora de un huracán que arrasó con viviendas, sedes sociales, sembradíos y todo lo que estuvo a su paso.
El sábado 15 en la población de Tixkokob se realizó una asamblea con la participación de diferentes sectores del pueblo, quienes expresaron sus problemas, sus actividades y también sus ilusiones.
El mayor problema de los pobladores está referido a los estragos ocasionados por el huracán “Isidoro” a su paso por esta maravillosa tierra, y por el total abandono de parte del gobierno a los damnificados. El gobierno de Vicente Fox recibió colaboración de organismos internacionales pero no llegó a los afectados por el desastre natural.
El director del periódico Por Esto! Mario Menéndez explicó que, desde septiembre de 2002, el gobierno mexicano fue incapaz de solucionar los efectos ocasionados por los vientos huracanados.
Tixkokob es una población maya ubicada en la península de Yucatán y es catalogada como el centro neurálgico de la lucha agraria en México. En esta población hace 40 años lucharon por conquistar la reforma agraria y desde hace cinco meses luchan contra los estragos ocasionados por el huracán.
Grandes diferencias
En el departamento de Cochabamba (Bolivia) los gobernantes actuaron con la misma frialdad contra los pobres que fueron afectados por un terremoto en mayo de 1999. En las poblaciones de Totora, Aiquile y Mizque, ubicado en el cono sur cochabambino, cientos de familias quedaron sin viviendas, sin sedes sociales, sin postas sanitarias y sin escuelas. El desastre natural se lo llevó todo, menos la esperanza.
Las autoridades del gobierno de Bolivia inventaron entonces el Plan “Terremoto”. Con un gran apoyo de la comunidad nacional e internacional obtuvieron víveres, vituallas y recursos económicos que jamás llegaron a los damnificados. Gobernaba el ex dictador Hugo Banzer Suárez, apoyado por una coalición de partidos que estuvieron muy comprometidos en casos de corrupción, nepotismo y narcotráfico.
Hoy los responsables de esos malos manejos con el hambre del pueblo deambulan libremente por las calles bolivianas. Pero en otros países del continente también ocurrieron casos similares en que los gobernantes jugaron con la miseria de los pobres.
En el estado de Vargas (Venezuela) sucedió todo lo contrario. A un año del gobierno revolucionario de Hugo Chávez se produjo un deslave causando millonarias pérdidas humanas y materiales para el país hermano. Se habla de que fallecieron más de 20 mil personas. La respuesta fue inmediata: apoyo del gobierno, solidaridad de la población, evacuación de todos los habitantes, construcción de viviendas con todas sus dependencias, asistencia en alimentos durante un año y otros beneficios sociales para quienes cayeron en desgracia por ese desastre natural.
Más de un venezolano tuvo deseos de habitar esas viviendas sociales; mientras que el gobierno ganó el apoyo incondicional de los damnificados demostrado en los intentos golpistas de la oligarquía.
Reconstruir Yucatán
Un parcelario maya —persona que cultiva el henequén, una fibra vegetal destinada a la fabricación de cestas y canastas— dijo en la asamblea de Tixcocob que a pesar del olvido de los gobernantes mexicanos a los pobladores les toca el turno de reconstruir Yucatán. “El gobierno nos abandonó pero el desastre causado por el huracán Isidoro nos debe servir para compartir la hermandad en todo Yucatán”, expresó.
La comisaria Viviana Chimpas explicó que la gobernación de Tixkokob les apoyó en su desgracia; las autoridades del gobierno central les abandonaron por completo. Varias familias que perdieron sus viviendas y sembradíos, incluso perdieron a sus seres queridos, aún viven en la interperie o en corredores esperando el apoyo gubernamental.
Sin embargo, la única forma de que estas poblaciones sean reconstruidas y sean como antes —según un indígena maya— dependerá de la unidad y hermandad que puedan encontrar entre todos los pobres…
Desde algún lugar en la península de Yucatán, 16 de febrero de 2003.
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