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El nuevo virrey de Bolivia y sus amenazas

Las “cartas” de David N. Greenlee


Por Luis Gómez
Jefe de la Oficina Andina de Narco News

5 de abril 2003

Mientras Manuel Rocha, ex embajador de EU en Bolivia, trata de presentarle sus credenciales como nuevo embajador en Venezuela al presidente Hugo Chávez, a Bolivia ha regresado nuevamente como virrey un hombre de la CIA: David N. Greenlee. Su trayectoría como agente represor en este país, que data de hace quince años, es sorprendente… y ya ha demostrado en los último días de lo que es capaz para sostener el capítulo boliviano de la llamada Guerra contra las Drogas. En unos instantes, toda la historia queridos lectores.

De acuerdo con un reportaje publicado en el periódico quincenal boliviano El Juguete Rabioso, la relación de Greenlee con este país viene de los años 1965-67, cuando el hoy embajador sirvió como voluntario de los Cuerpos de Paz. Luego partió el hombre para Vietnam, y se hizo experto en operaciones encubiertas en las escuelas “diplomáticas” estadounidenses… donde compartió experiencias con el ex “jefe del Comando Sur, Gary Speer, y con Otto Reich”. El artículo de El Juguete Rabioso (en español) puede leerse en:

http://membres.lycos.fr/juguete/articuloprincipal.htm

En Bolivia, Greenlee no sólo encontró a su esposa (Clara Jeanet Murillo), también ha trabajado como funcionario diplomático. De hecho, a fines de los años ochenta fungió como embajador interino durante casi dos años, luego de la renuncia de Edward Rowell a fines de 1986. Todo esto producto de una crisis interna generada por el mayor incidente de drogas en Bolivia, la tragedia de Huanchaca, por el que no sólo fueron asesinadas varias personas (entre ellas el científico Noel Kempff y el diputado Edmundo Salazar), sino que también se conoció la existencia del primer (y único hasta hoy) laboratorio de fabricación de clorhidrato de cocaína, el famoso polvito blanco.

Greenlee aprovechó entonces el nombramiento de embajador para llevar adelante una política guerrerista, dice el reportaje de El Juguete Rabioso, enfocando todo combate al narcotráfico en un sólo enemigo: el movimiento cocalero. De hecho, el diputado Evo Morales comentó en una ocasión a Narco News que “Greenlee en persona dirigió varios operativos represivos en el Chapare, y planificó algunos, como la masacre de Villa Tunari” el 27 de 1988, donde hubo 12 personas asesinadas (incluso niños y mujeres) y más de veinte heridos. Eso sin descontar, y más adelante les traeremos la historia, que fue Greenlee el que, desde la segunda embajada estadounidense más grande en América Latina —es apenas más chica que la de Brasil—, quien empujó en su recta final la aprobación de una ley que por mucho tiempo violó los derechos de los campesinos y los usuarios y adictos a la droga, así como ha criminalizado desde entonces a la hoja de coca: la Ley 1008, “Sobre el régimen de la coca y sustancias controladas”, es decir, la ley antidrogas local.

Pero Mr. Greenlee, quien por cierto cuenta entre sus habilidades hablar quechua (la lengua más hablada en el Chapare), no es nada más un pasado negro en Bolivia. Luego de ser embajador de su país en Paraguay, ha sido nombrado para el mismo cargo en Bolivia por George W. Bush el 5 de septiembre de 2002. Y don David Nicol, de vuelta a la patria de su esposa, no perdió el tiempo… en poco más o menos medio año ha presionado al Presidente Gonzalo Sánchez de Lozada para que cambie su postura respecto a la coca del Chapare, como ya informó para Narco News el periodista auténtico Alex Contreras.

Y hace unas semanas, luego de la revuelta en La Paz del 11 al 13 de febrero, inició una acción para nada encubierta para desestabilizar, o mejor como dicen los dirigente del Movimiento Al Socialismo (MAS): para amenazar de muerte a los principales miembros del partido de los cocaleros y otros movimientos sociales bolivianos…

“Ayer me llegó una carta…”

La mañana del sábado 22 marzo, el diputado y dirigente cocalero Evo Morales se reunió con el Vicepresidente de Bolivia, el ex periodista Carlos Mesa. En esa reunión, Mesa entregó a Evo una “carta” enviada directamente del despacho del embajador Greenlee. Esa misma carta, días antes, había sido entregada por Mesa al jefe de los senadores del MAS, el veterano luchador social y sindical Filemón Escóbar.

El documento, una hoja en blanco sin membretes ni firma alguna, dice que la embajada de Estados Unidos ha obtenido información “fidedigna” acerca de un supuesto golpe de Estado que el MAS estaría planificando para abril, junto a ‘personal militar clave”. Según el correo “diplomático”, los líderes de la conjura serían Antonio Peredo Leigue, ex candidato a la vicepresidencia por el MAS y actual diputado nacional, y el propio Evo Morales, pero “peleas internas dentro del partido podrían demorar la ejecución de este plan, inclusive hacer que la ejecución de este plan sea imposible y no se lleve a cabo”.

¿Peleas internas? Bueno, ciertamente los acontecimientos posteriores a la entrega de esta singular “carta” de Mr. Greenlee han demostrado que existen algunos problemas dentro del MAS, pero la referencia hecha por el documento es mucho más grave: “Hay un grupo dentro del MAS que quisiera que Evo Morales y Filemón Escóbar sean asesinados durante este golpe en abril”. ¿Se dan cuenta queridos lectores? Pues en el MAS también, porque el pasado 27 de marzo contestaron en forma pública al embajador Greenlee.

En un comunicado titulado “Defendamos la democracia: ¡No al golpe!”, el MAS aclara que “no está directa ni indirectamente alentando actitudes que quieran alterar la vigencia de un orden democrático en el país, así como el estado de derecho”. Y respecto a las supuestas intenciones de asesinar a Evo y a Filemón Escóbar, dos cosas contundentes:

  1. “Emplazamos pública y formalmente al señor David Greenlee… a demostrar de manera documentada, fidedigna y real en qué sustenta sus aseveraciones”, así como identificar a quienes “atentan contra la vida del compañero Evo Morales Ayma”.

  2. Dejan “claramente establecido ante la opinión pública nacional e internacional que cualquier atentado contra la vida de nuestro líder nacional, el compañero Evo Morales, será de exclusiva responsabilidad del gobierno nacional y la embajada norteamericana”.

¿Qué ha dicho el virrey David Nicol al respecto? Pues nada, o apenas un par de menciones en los medios locales a una ley que en Estados Unidos obliga a informar a los gobiernos de gobiernos amigos sobre este tipo de atentados y a una obligación “moral”: “Como Gobierno de EU tenemos ciertos requisitos éticos, legales y morales que tratamos siempre de cumplir”. ¿Y sobre la fundamentación de la “carta”? “No tengo ningún comentario”.

Parece que este condecorado veterano de Vietnam ha tenido un tropiezo en su “encubierto” trabajo… porque sus veladas amenazas han sido respondidas… claro, no como exigió por escrito el pasado 14 de marzo, fecha en que tuvo audiencia con el vicepresidente Mesa para entregar su cartita: “Solicitamos su colaboración para informar a Morales sobre este atentado, de manera que él entienda y acepte la seriedad de esta información para que tome las medidas necesarias para protegerse. Asimismo solicitamos se nos confirme que este aviso fue entregado/informado y luego también se nos haga conocer sobre la reacción de Morales sobre esta información”.

Vaya, vaya… nadie pensaría que un embajador con tanta experiencia en el campo de la inteligencia y el trabajo represivo fuera ingenuo. No lo es. Porque la insidia sembrada a lo interno del MAS (un grupo “dentro del MAS que quisiera que Evo Morales y Filemón Escóbar sean asesinados durante este golpe en abril”) ha tenido sus efectos pero, por otra parte, ha “puesto a trabajar” al gobierno y a sus organismos de inteligencia.

Un trago difícil y las “investigaciones” del gobierno

La semana pasada, debido a las tensiones internas generadas por la solícita “carta” de Greenlee y a las más importantes tensiones en el Chapare y en el Parlamento, el MAS tuvo que pasar un trago amargo. El miércoles 26, en plena sesión plenaria del Congreso Nacional (senadores y diputados reunidos), el senador Filemón Escóbar, harto de la inoperancia legislativa, hizo pública su denuncia sobre esa carta, advirtiendo de paso que el mencionado golpe de Estado no tendría como víctima al actual presidente “sino al MAS y a Evo Morales”.

Durante casi 48 horas hubo declaraciones y molestias entre Evo, Filemón y otros líderes del MAS, evidenciando que no todo se encuentra en su lugar en ese movimiento, como más tarde confimaría Filemón en una entrevista con el diario paceño La Razón (28 de marzo, 2003). Por suerte, el tropiezo no pasó a mayores y tanto los parlamentarios del MAS, en una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados el jueves 27, así como los cocaleros del Chapare el sábado 29, han demostrado que la unidad interna prevalece y que el enemigo político no pudo por esta vez dividirlos.

En medio de una gran asamblea general en la localidad chapareña de Lauca Ñ, los cocaleros no sólo se solidarizaron con Filemón Escóbar y Evo Morales contra las amenazas de muerte y lo que ya parece un autogolpe de parte del actual gobierno. También han decidido radicalizar sus acciones contra las instituciones del supuesto “desarrollo alternativo” y, más aún, desde el día de ayer, en todas las localidades del Chapare, se resiste la erradicación forzosa de la hoja de coca, con grupos pequeños y manifestaciones, tratando de desalojar a la Fuerza de Tarea Conjunta de la zona.

¿Divisiones internas? Claro que las hay: es un partido político, pero este incidente ha conseguido lo contrario a lo que Mr. David Nicol Greenlee quería: hoy los cocaleros y el MAS están más unidos que antes y su lucha en defensa de su hoja sagrada se refuerza.

Por otra parte, en un alarde de velocidad e “inteligencia”, en pocos días el gobierno no sólo puso a trabajar a sus agentes, sino que ha resuelto algunas de las “interrogantes” que no aclaraba la carta del virrey Greenlee. El sábado pasado circuló la noticia de que el gobierno de Sánchez de Lozada ya sabía con seguridad que el golpe era para mediados de abril y que algunos militares estaban involucrados en él (No olviden, amables lectores, cómo un golpe con fecha en abril en Bolivia resonaría con el aniversario del pasado intento fallido de golpe el 11 de abril último en Venezuela: ¿Fue ésta la idea detrás de la fecha? Estimular un golpe desde la izquierda para desacreditar a la causa democrática en América Latina). Apoyado en esta simpleza que bate el récord de velocidad operativa de los grupos de inteligencia bolivianos (inclusive cuando eran dirigidos por el narco nazi Klaus Barbie), el Presidente de Bolivia pidió a la oposición que lo dejara gobernar y que no fueran sediciosos…

Evo replicó con dureza: “Sedicioso es el que no escucha al pueblo y gobierna en función de sus intereses, los de su clase social y de las transnacionales… [Sánchez de Lozada] debería cambiar de asesores y ver la realidad que vive el pueblo y no la de sus socios… a media cuadra de la plaza Murillo, hay gente mendigando, mientras sus niños lamen las calles”.

Así que, queridos lectores, Mr. Greenlee no pudo asustar a los aguerridos luchadores sociales del MAS y a sus bases. Pero lo intenta con entusiasmo… aunque por vías absurdas. Y mientras el nuevo virrey se gasta el dinero de los contribuyentes estadounidenses escribiendo cartas sediciosas, los cocaleros han vuelto a la ofensiva y dan duras batallas en el Chapare… por lo que les rogamos permanecer en sintonía con Narco News, desde donde pronto podrán recibir más historias sobre la Guerra contra las Drogas en Bolivia, el nuevo virrey Greenlee y la heroica defensa de la coca y la democracia que sigue vigente en este país.

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