<i>"The Name of Our Country is América" - Simon Bolivar</i> The Narco News Bulletin<br><small>Reporting on the War on Drugs and Democracy from Latin America
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Cuatro puntos estratégicos: Agua, Energía, Trabajo y Soberanía

Una propuesta para la Otra Campaña con los zapatistas


Por Colectivo Libertad
Desde la Ciudad de México, D.F.

6 de septiembre 2005

Algunas ideas para imaginar modos de enlace para la lucha global sin que se anule la autonomía local de cada grupo y de cada individua/o

Compañer@s y Herman@s del CCRI del EZLN,

Compañer@s y Herman@s que acuden a la Quinta de la Sexta, es decir, a la quinta reunión preparatoria para la efectivización de la VI Declaración de la Selva Lacandona lanzada por el EZLN y a la que nos hemos adherido.

Nosotras somos un colectivo de mujeres de izquierda, con diversas experiencias en distintos países de Mesoamérica y Los Andes:

  • que vamos peleando por la libertad de l@s pres@s polític@s porque así corresponde en justicia y porque algunas de nosotras hemos también estado presas;

  • que vamos luchando porque el capital transnacional y los diversos gobiernos de distintos colores en los distintos países no se roben todos los recursos naturales y todo el patrimonio público;

  • que procuramos indignarnos y elevar la voz cada vez que se comete una injusticia insoportable -es decir, bastante seguido.

  • En fin, que vamos resistiendo en nuestro lugar de trabajo, en nuestra casa y en nuestra vida cotidiana para dotarnos de una vida digna.

Nosotras no tenemos mucha fuerza “de masas”, es más, casi no tenemos ninguna influencia. Tenemos, sin embargo, muchas ideas, muchos sueños y muchos deseos que son los que venimos a compartir con Uds.

Partimos de la siguiente idea: el neoliberalismo ha significado una gigantesca ofensiva del capital mundial, en todos los frentes (económico, político, social, legal, personal, íntimo), para someter de mejor forma a la fuerza de trabajo, a las personas y a las comunidades, para saquear los recursos naturales comunes, para desmantelar todo lo que en una época se construyó con esfuerzo colectivo y se llamó patrimonio público, para desbaratar e inhibir las formas de resistencia que conocimos durante de décadas; en síntesis para ejercer un dominio más eficaz, individualizado y brutal sobre cada una y cada uno de nosotros, sea que estemos en donde estemos.

Esta ofensiva ha sido resistida, bloqueada, trastocada y saboteada por muy diversas luchas de distinto nivel y contenido en distintas partes de nuestras tierras -que abarcan, cuando menos, desde el Río Bravo hasta la Patagonia-. En cada una de las acciones de resistencia, levantamiento y lucha de distintos hermanos y hermanas nos hemos sentido reconocidas: en el alzamiento zapatista aquí en México, en la Guerra del Agua en Bolivia y también en la del Gas, en la insubordinación de las comunidades ecuatorianas, en el levantamiento de Atenco y en la lucha de los estudiantes de la UNAM… Hay un larguísimo etcétera de ejemplos de luchas.

Cada una de estas luchas, a su modo y a distintos niveles, ha sido una lucha local y ha sido emprendida por alguna organización autónoma local o por racimos de organizaciones autónomas locales. Y cada una de estas luchas ha tenido que plantearse el problema de la dominación y la explotación global. Y en general, resolviendo ese problema es que andan todas las luchas o, al menos, las que hemos tenido la oportunidad de conocer.

Y es por aquí por donde va nuestro sueño. Por imaginar y construir formas de enlazamiento fluido para la lucha contra lo que el capital y sus gobiernos hacen de y con nosotr@s y para sobreponernos a ello, es decir, para auto-emanciparnos.

En esta dirección, nosotras consideramos lo siguiente para México, hoy:

  1. Tenemos un problema difícil, durísimo, en la adversa correlación de fuerzas en la que estamos situadas todas las fuerzas sociales, los individuo/as y grupos que padecemos la ofensiva del capital:

    • En 2001 no pudimos revertir la espuria e indignante decisión del Congreso mexicano de imponer la Contrarreforma indígena. No pudimos colectivamente imponer otra cosa, aunque por suerte, nuestros hermanos zapatistas y otros, de otros pueblos indígenas, se han puesto a construir sus Caracoles y Juntas de Bueno Gobierno y a resistir y decidir desde su propia autonomía en sus lugares y regiones.

    • Desde hace muchos años no podemos revertir el desmantelamiento que los poderosos hacen del patrimonio público que es de todos los mexicanos. Aunque, por suerte, hemos ido haciendo movilizaciones que han puesto freno a las acciones más descaradas de los gobernantes.

    • Desde hace mucho tiempo que nos siguen imponiendo leyes hechas a la medida de las ganancias de los empresarios y consorcios más adinerados del planeta. Aunque, por suerte, hemos sido capaces de hacer denuncias y de resistir localmente las peores consecuencias de sus decisiones.

    • Desde hace décadas que andamos luchando también por democracia en todos los espacios públicos y lo que tenemos es esa aspiradora de recursos que hoy se llama “proceso electoral”. Aunque por suerte nos hemos ido enseñando a establecer entre nosotros relaciones más democráticas y horizontales, menos autoritarias, más parecidas a lo que queremos para el conjunto de nuestra nación.

  2. Entonces, compañer@s y herman@s, nosotras vemos que el principal desafío que tenemos enfrente es trabajar para modificar la correlación de fuerzas en nuestra nación. Nosotr@s, los pobres, los trabajadores, los pueblos indígenas, los excluidos, los definidos por la carencia, los hombres y mujeres que no vivimos del trabajo ajeno, necesitamos globalmente, o al menos a nivel de nuestra nación, revertir la correlación de fuerzas tan adversa que hoy padecemos y creemos que eso se hace enlazando las luchas locales para que, juntándonos, tengamos más capacidad para intervenir con voz más fuerte, con energía, en los asuntos públicos que hoy sólo deciden unos cuantos.


  3. El problema es entonces, ¿Cómo nos juntamos?... Y eso es algo que nosotras pensamos todo el tiempo: ¿Cómo podemos juntarnos, por ejemplo, con los herman@s que van resistiendo en los sindicatos para evitar las privatizaciones y para conseguir democracia sindical? ¿Cómo podemos enlazarnos con las distintas iniciativas de las personas que luchan y se rebelan aquí y allá en nuestro país para evitar el saqueo de sus tierras y recursos? ¿Cómo?

    Podemos tal vez hacer un Frente grande de organizaciones y grupos -aunque a nosotras nos preocupa mucho, dado que somos apenas un puñado de mujeres, que nuestra voz ahí va a quedar apagada entre los grandes caudillos que tienen aparatos para implementar sus propuestas y visiones del mundo. Podemos quizá entre tod@s ponernos a construir un “instrumento político”, algo así como un partido, ahora sí de izquierda, donde formemos comisiones de trabajo y hagamos miles de tareas sintonizadas -aunque a nosotras nos preocupa mucho esta opción porque somos viejas militantes y en las estructuras partidarias hemos visto miles de cosas que nos han disgustado profundamente y desconfiamos, pues, de esta posibilidad.

    Lo que se nos ocurre, para ya no hacérselas cansada y de plano presentar nuestra propuesta de cómo nos imaginamos que sería posible revertir la correlación de fuerzas adversa en la que hoy nos encontramos, es lo siguiente:

    Nosotras proponemos elaborar en conjunto una lista mínima de los problemas más agudos de nuestra nación. Los problemas son muchos y se viven de manera distinta en cada lugar. Entonces, creemos que de lo que se trata no es de hacer una lista larga larga de problemas. Ojo, no de demandas porque no le demandamos a nadie nada, sino de los problemas que tenemos aquí, frente a nosotros. Creemos entonces que hay que enumerar, por decir, los 10 más importantes problemas estratégicos de México y se trata de ponernos de acuerdo para, en primer lugar, entender bien clarito esos problemas y en segunda, para movilizarnos de manera conjunta, cada quien donde pueda, donde esté y como quiera en una fecha específica. Uno por uno.

    Entre estos 10 problemas más agudos de México, creemos que deben estar:

    • La cuestión del agua, de su escasez, de su mercantilización y de su privatización. El agua es un bien de la Tierra y de la humanidad que no puede ser mercancía y cuya gestión debe responder a las necesidades comunes de manera directa.

    • La cuestión de la energía, de su disfrute, de su generación y utilización a partir de los conocimientos que en México se han ido construyendo y para los fines que en México, la población sencilla y trabajadora decidamos.

    • La cuestión de las condiciones de trabajo que sean aceptables y dignas. No es posible seguir admitiendo que nuestro trabajo asalariado -para quienes lo tenemos- se desarrolle en condiciones de inestabilidad, inseguridad, opresión y explotación intensificada.

    • La cuestión de los términos en los que México se relaciona con otros países, en particular, el aspecto de los oprobiosos y rastreros tratados internacionales -tipo TLC- que permiten que muchas actividades productivas nacionales colapsen por la inundación de productos extranjeros.

Estos 4 puntos se nos ocurren como parte de los problemas estratégicos que tenemos que enfrentar. Sabemos que hay más, pero no conocemos exacto cómo suceden y por eso nosotras nomás hablamos ahorita de algunas cosas que hemos ido conociendo. Por ejemplo, los problemas de la tenencia de la tierra, los de la inseguridad y criminalización a la que están sujetos los jóvenes en nuestras ciudades, los de la falta de democracia en casi todos lados, etcétera., son problemas que seguramente tienen que quedar en esta lista pero no sabemos exacto como formularlos y por eso nuestra enumeración nomás tiene cuatro puntos como ejemplo, aunque decimos que podrían ser como 10 temas que abarquen los problemas más duros que enfrentamos todos aunque cada quien a su forma y en su lugar.

Ahora bien, esa lista de los 10 -o 5 o 9 o los que nos salgan, pero que no sean demasiados para poder tener claridad sobre los problemas en conjunto-, como dicen los notarios “sería nomás una lista explicativa pero no limitativa”. Es decir, no es que no hayan más problemas de los que enlistemos, sino que contra los problemas más duros, “estratégicos” se decía antes, es contra los que todos podemos ponernos de acuerdo en movilizarnos y luchar de muchas maneras distintas, aunque coordinándolas en el tiempo.

Nosotras nos imaginamos que, una vez teniendo esa lista y tomando algunos acuerdos, muchos y muchas mujeres y varones, y grupos y colectivos, podemos lanzarnos a entender cómo es que los poderosos implementan sus ofensivas específicas y podemos organizar campañas de explicación pública generalizadas para entender colectivamente lo que los gobernantes y los empresarios están haciendo con nuestras sociedades.

Y podemos además, auto-convocarnos en una fecha que nos convenga, para movilizarnos contra determinado problema. Y puede haber marchas y movilizaciones grandes y chicas, y puede haber bloqueos de calles o actos y performances en las plazas, y pueden organizarse foros y conferencias y volanteadas, y cada grupo puede enlazarse con otros o hacer por su cuenta su acción… Pero todos en el mismo día. Sintonizados pues, y de forma no homogenea.

Y bueno, lo que sentimos nosotras, es que si tenemos éxito en movilizarnos tod@s a un tiempo diciendo claramente “No queremos que el agua se gestione de tal y tal manera”, “No nos parece bien que la energía que consumimos se produzca de tal y tal manera”, etc., pues vamos a empezar a hacer variar la correlación de fuerzas general. Y vamos a poder ir haciendo más movilizaciones y podremos dar nuestras luchas más cohesionadas y sintonizadas. Y también así, nuestra propia confluencia no tendrá un solo centro -que siempre es un problema- porque por ejemplo, cuando nos ocupemos del problema del agua, seguramente serán los y las compañer@s que vivan este problema de manera más álgida los que levantarán más la voz y los demás les haremos “montón”, esto es, reforzaremos su reclamo concreto al mismo tiempo que asumimos los problemas generales. Y cuando nos movilicemos por el de la energía, lo mismo, y así cada quien.

¿Qué vamos a hacer después? Es decir, como se preguntaba uno en el viejo lenguaje de la izquierda partidaria tradicional… ¿Cuál es “el programa”? ¿Cómo vamos a proponer soluciones a los grandes problemas del país? Pues no sabemos, o más o menos tenemos cierta idea, pero lo importante, creemos, de manera pronta e inicial, es, antes que discutir las miles de posibilidades que nos pueden enfrentar -algunos van a considerar que es el Estado el que debe regular la economía, otros van a creer que las soluciones son técnicas, otras vamos a decir que necesitamos levantar la mayor capacidad colectiva de intervención en la decisión de los asuntos públicos, etcétera-, conviene más bien acordar las miles de cuestiones en las que si podemos concurrir. Y no es que estemos sacando la vuelta a discusiones que seguramente también serán profundas y que abordan cuestiones de fondo; pero si nos parece un poco inútil ponernos a discutir sobre el vacío, sobre la actual ausencia de fuerza para imponer nuestros puntos de vista que, en primer lugar, pasan por confrontar los de los poderosos y por establecer vetos a sus insensibles y voraces proyectos de privatización y saqueo de la vida toda.

Bueno, compañeros, pues estas ideas traemos a poner a consideración de Uds. y ya dirán si les parece demasiado ingenuo, o demasiado simple, o si para algo sirven. En todo caso, esto queríamos decir, pero sobre todo, hemos venido porque queremos escuchar y conocer lo que les pasa a otr@s y las ideas que traen.

Muchas gracias.

Colectivo Libertad.

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