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“Llamamos a la unidad de los pueblos indígenas para enfrentar la guerra de conquista”: declaración de Vicam

El evento culminó con tres consensos generales: liberación de los presos políticos, inicio de la campaña contra el colonialismo y la realización de un segundo Encuentro en Colombia o Chile


Por Juan Trujillo
Especial para The Narco News Bulletin

2 de noviembre 2007

En memoria de
Andrés Aubry (1927-2007)
Por un “otro” periodismo
y una “otra” ciencia desde abajo

Vicam, Sonora, México, 14 de octubre de 2007. El Encuentro de Pueblos Indígenas de América culminó exitosamente sus actividades a pesar de tener todo en contra. El hostigamiento militar que sufrieron delegaciones, autobuses de observadores, representantes de pueblos originarios, así como la aplicación del “operativo contra el narcomenudeo” en esta comunidad, no impidieron que la “palabra verdadera” se escuchara hasta el final.


Foto: D.R. 2007 Isabel Sanginés
“Llamamos a la unidad de los pueblos indígenas para enfrentar la guerra de conquista”, fue una de las consignas más importantes de la Declaración de Vicam que fue firmada por todos los delegados-mensajeros de los 67 pueblos congregados aquí.

Y mientras desaparecían los últimos rallos de sol y la tarde caía, este cronista y don Víctor intercambiaron palabras y puntos de vista sobre el significado y rumbo de esta lucha. Él tiene 59 años y orgullosamente dice que le falta uno para cumplir los 60. Observa y escucha el desarrollo de los últimos pasos de este encuentro, entre mensajeros de pueblos indígenas de América, mientras el sol empieza a caerse en el horizonte junto con la temperatura que ya deja sentir el ligero viento frío. Él es un indígena yaqui de esta comunidad, que vive a unos cuantos pasos del sitio donde se lleva a cabo el evento.

Don Víctor celebra la presencia del Congreso Nacional Indígena (CNI) y la comisión Sexta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en el Encuentro: “Estoy de acuerdo que vengan y las veces que quieran los vamos a recibir”.

De sombrero blanco y con el rostro moreno, cuenta también que su padre fue “gringo” y su madre indígena, por lo que tiene sangre yori (mestiza) y yaquí. Sin embargo, su compromiso está aquí, con la autoridad del pueblo yaquí, especialmente cuando se organiza la “crucifixión de Cristo, en Semana Santa”.

Los delegados que representan a los 67 grupos y naciones originarias preparan los documentos para decir su última palabra en este evento y para que se escuchen, en todo el mundo, propuestas, declaraciones y planteamientos conjuntos.

La conversación con don Víctor se desarrolló fluidamente, incluso cuando se tocaron temas que provocan recordar el dolor ancestral. A la pregunta de si tiene tierras de las cuales pueda vivir con su familia, Don Víctor responde: “No, no tenemos tierra nosotros. Hay gente que si tiene. Unos comen y otros no”.

Y cuando este cronista insinúa que esa es la principal división social que existe en el mudo, Don Víctor sencillamente replica positivamente, porque además “en otras partes, ni agua tienen para sembrar, para que traiga frutos, para que haya comida. Lo que tenemos es casa, pobremente pero tenemos. Pero no admiten nada para plantar, ni chivitos, ni gallinas porque te llega salubridad (la Secretaría de Salud del estado de Sonora) y te pone una multa y todo va para afuera”.

Estas palabras de Don víctor se constituyen como una pequeña denuncia sobre los abusos de alguna ley que el gobierno aplica en estas tierras y que, a fin de cuentas, obstaculiza la vida del campesino.

Asimismo, observa el ir y venir de los últimos delegados de esta tarde y explica que se gana la vida “poniendo armazones en los tianguis (mercados). ¿Qué uno va a hacer? Ya cuando uno está dentro de la pobreza….ya está”, explica.

Y a la pregunta de qué se puede hacer para salir de la pobreza ahora que estamos escuchando los testimonios de resistencia, don Víctor parece tener la conciencia de muchos de esta comunidad y de otros que vienen de afuera: “Pues lo que andan diciendo, todo, de tierras, de la reforma agraria…. Pero nadie nos va a dar…”.

Estas son las palabras sencillas de un hombre que ha expresado sentimientos que quizá provienen de realidades de muchos de los pueblos, representados por los delegados.

La palabra indígena en una declaración


Foto: D.R. 2007 Isabel Sanginés
Por la tarde, los integrantes de los pueblos indígenas votaron a mano alzada y llegaron a tres consensos más trascendentales: 1) demandar la liberación de todos los presos políticos del continente, 2) declarar el inicio de la campaña contra el colonialismo y las empresas multunacionales y 3) realizar el Segundo Encuentro de Pueblos Indígenas de América en algún lugar de los territorios de Colombia o Chile.

La noche cayó y con ella la luna subió para iluminar este desierto. La declaración de Vicam llegó en la voz del representante indígena raramuri. En este documento, firmado por 67 pueblos de 12 países de América, se manifestó en primer lugar que los pueblos “defenderemos y cuidaremos con nuestra vida a la madre tierra”, al tiempo que “hemos resistido, hasta el día de hoy, una constante guerra de conquista y exterminio capitalista que dura ya más de 515 años. El dolor sufrido por el ataque de los invasores (...) con el fin de despojar nuestros territorios, destruir nuestras culturas y desaparecer a nuestros pueblos, no ha terminado, por el contrario, crece día con día”.

Manifestaron, que “junto con el dolor y pesadilla que provoca el capitalismo salvaje, crecen la resistencia y la indignación de nuestros pueblos, reflejándose en su gran esfuerzo para compartir su palabra y resistencias”.

Por otra parte, se pronunciaron por su “derecho histórico a la libre determinación como pueblos, naciones y tribus originarias se este continente, respetando las diferentes formas que para el ejercicio de esta decidan nuestros pueblos, según su origen, historia y aspiraciones”.

El segundo paso de este pronunciamiento se centró en “el rechazo a la guerra de conquista y al exterminio capitalista impuesto por las empresas trasnacionales y los organismos financieros internacionales, en complicidad con las grandes potencias y los estados nacionales”.

Se rechazó la “destrucción y el saqueo de la Madre Tierra a través de la ocupación de nuestros territorios para la realización de actividades industriales…-así como- la privatización del agua, la tierra, los bosques, los mares y las costas, la diversidad biológica”.

El documento también rechaza enérgicamente “la ocupación y destrucción de nuestros centros y lugares sagrados, así como la mercantilización de nuestra cultura y la ejecución del megaproyecto denominado escalera náutica o Mar de Cortés y la construcción de la carretera costera dentro del territorio Yaqui”.

Una de los temas más destacados en este Encuentro de Pueblos Indígenas fue la crítica realizada por las naciones de los territorios de Canadá a la destrucción que causarían las Olimpiadas de 2010 en Vancouver. La declaración de Vicam expresa: “Ratificamos nuestro rechazo a la realización de las Olimpiadas de Invierno del año 2010 en territorio sagrado que fue robado a las naciones originarias de la nación tortuga con el fin de instalar pistas de esquiar…”.


Foto: D.R. 2007 Isabel Sanginés
Asimismo, se denuncia que “la guerra de conquista y exterminio capitalista agudiza como nunca antes la explotación de los integrantes de nuestros pueblos en las grandes plantaciones y en las maquiladoras”. Por otra parte, rechazan “el establecimiento de grandes tiendas trasnacionales que despojan de los recursos económicos a las comunidades, así como las políticas neoliberales que han debilitado nuestras economías comunitarias…”.

Y sobre dicho debilitamiento declaran que “frente a las semillas transgénicas y el uso de agroquímicos, seguiremos sembrando nuestras semillas nativas, desarrollando nuestra agricultura tradicional y cuidando la madre tierra”. Junto con ello, también expresa la declaración que “buscaremos la reconstitución integral de nuestros pueblos y seguiremos fortaleciendo nuestras culturas, lenguas, tradiciones, organización y gobierno propios”.

En cuanto a los esfuerzos para el fortalecimiento de la resistencia, afirmaron que “apoyados en nuestra cultura y visión del mundo, reforzaremos y recrearemos nuestras instituciones educativas propias…” De esta forma, continua el documento, “nos proponemos construir y fortalecer medios de comunicación propios que consoliden nuestra luchas y alianzas con otros pueblos hermanos del mundo”.

El escrito también manifiesta que “rechazamos toda forma de represión hacia nuestros pueblos, expresada en la militarización y paramilitarización de nuestros territorios, en el desplazamiento forzado, la deportación masiva, la imposición de fronteras para dividir y fragmentar a nuestros pueblos , y el encarcelamiento y desaparición de quienes luchan…”.

Por último, esta declaración de Vicam, firmada por todos los pueblos, tribus y naciones participantes en este encuentro, llama a “la unidad de todos los pueblos indígenas de América para enfrentar la guerra de conquista y exterminio capitalista, consolidar nuestra libre determinación y reconstituirnos integralmente”.

“Exhortamos a la unidad de la tribu yaqui”: CNI y EZLN

Caída ya la noche, era el momento para escuchar el pronunciamiento del Congreso Nacional Indígena (CNI) y la Comisión Sexta del EZLN. En el documento firmado por las dos organizaciones y leído por Juan Chávez de la CNI, se expresa el reconocimiento a la larga historia de resistencia de la tribu yaqui frente a sus invasores: “primero por el gobierno colonial español, después por los gobiernos nacionales, siempre para favorecer los voraces intereses de quienes detentan el poder económico y político”. También se hizo una mención especial a los luchadores Yaquis Muni, Juan Ignacio Jusacamea y Juan Maldonado Tetabiate, quienes, según los firmantes “están guardados en nuestros corazones, como guardada está la heroica resistencia yaqui en contra del exterminio, la deportación forzada, la esclavitud y las feroces ofensivas militares…”

El documento reconoce que “en cierta medida, el gobierno ha logrado su propósito: ha dividido y ha logrado debilitar a los ocho pueblos que conforman la tribu yaqui y a sus estructuras de gobierno tradicional”.

Ante esa situación, el CNI y el EZLN, reiteran su solidaridad y sus exigencias históricas: “llamamos a los pueblos indígenas de México y América a fortalecer su alianza con la tribu yaqui para enfrentar al capitalismo planetario que hoy nos destruye a todos”.

Por último, hicieron la siguiente petición: “exhortamos a la unidad de la tribu yaqui, pues, sólo así –según las dos organizaciones- podrá alcanzar el logro de sus reivindicaciones históricas como tribu”.

“Nunca antes había sido tanta la estupidez de los malos gobiernos que sufren nuestros países”: Marcos


Foto: D.R. 2007 Isabel Sanginés
La luna ya se veía al otro lado de las montañas, justo por donde se puso el sol y por donde la gente dejaría, unas horas más tarde, esta comunidad de Vicam.

El último en decir su palabra fue el subcomandante Marcos, quien dio un largo y contundente discurso. Comenzó haciendo referencia a lo que se desarrolló en este Encuentro: “El dolor de nuestros pueblos ha sido nombrado por quienes lo padecen desde hace 515 años, como el despojo y el robo de tierras y recursos naturales. Pero ahora se viste con las ropas nuevas de la “modernidad”, el “progreso”, la “civilización”, la “globalización”.

Recordó que en esta época continúa “la explotación de cientos de miles de hombres, mujeres, niños y ancianos, reproduciendo los tiempos y métodos de las encomiendas y las grandes haciendas de la época en que las coronas de Europa se impusieron a sangre y fuego”. Llevando su discurso a la actualidad afirmó que “nunca antes había sido tanta y tan grande la estupidez de los malos gobiernos que sufren nuestros países”.

Asimismo, y en referencia al cambio climático del que se habla tanto en las esferas del alto poder político, criticó que “nunca antes la destrucción había sido tanta y tan irremediable. Porque ocurre que lo que están matando es la tierra, la naturaleza, el mundo. Sin lógica de tiempo y lugar, catástrofes de temblores, sequías, huracanes e inundaciones, se empiezan a presentar en todo el planeta Y se dice que son catástrofes naturales, cuando en realidad han sido provocadas, con esmerada estupidez, por las grandes corporaciones multinacionales y los gobiernos que les sirven en nuestros países”.

En uno de los puntos de mayor intensidad criticó a la llamada “Democracia Electoral”, que según él “es como los mandones llaman a la lucha por acceder al negocio de vender la dignidad, y llevar adelante la catástrofe mundial. Allá arriba, en los gobiernos, no hay esperanza alguna”.

Entre tanto, es ampliamente conocida dentro de los países de América Latina – dentro de los que se encuentra México – la forma en que la sociedad dominante cuenta la historia universal del siglo XVI, cuando los europeos llegaron a estas tierras. Al respecto, el subcomandante Marcos expresó que “ nos llamaron ‘Nuevo Mundo’. Impusieron su geografía. Y celebran cada 12 de octubre el “día del descubrimiento de América”, cuando en realidad es la fecha del inicio de la guerra más larga de la historia de la humanidad, una guerra que dura ya 515 años y que tiene como objetivo la conquista de nuestros territorios y el exterminio de nuestra sangre”.

Una de las reivindicaciones que se expresaron en el recorrido geográfico de la mayoría de los mensajeros de estos pueblos, tomó forma en la voz y de este representante de la Comisión Sexta del EZLN cuando expresó: “Y hay un nombre para esto que hablamos y escuchamos en tantas lenguas, tiempos y modos. Es lo que queremos como pueblos, naciones y tribus originarias: LIBERTAD. Y no puede haber nada de esto, sobre el robo, despojo y destrucción de nuestros territorios, de nuestra cultura, de nuestra gente”.


Foto: D.R. 2007 Isabel Sanginés
Y sobre la que quizá es la lucha de mayor autenticidad en la historia mundial apuntó que: “Son los pueblos originarios los que miran su pasado, los que guardan y cuidan su memoria, los que saben que es posible un mundo sin Dominador ni dominados, un mundo sin capital, un mundo mejor. Porque cuando levantamos nuestro pasado, nuestra historia, nuestra memoria, como bandera, no pretendemos volver al ayer. Sino construir un futuro digno, humano”.

En una evidente alusión al movimiento de la otra campaña que en el último año y medio empezó a emerger con la Sexta Declaración de la Selva Lacanadona, dijo que: “Hay, en cambio, la experiencia de los pueblos originarios, pero ahora con el apoyo y la decisión de los trabajadores de la ciudad y el campo, de los jóvenes y jóvenes, de las personas de edad, de los otros amores, de los niños y niñas; de todas y todos quienes saben que para el mundo no habrá otra oportunidad si esta guerra la ganan los que están arriba”.

La noche llegaba a esta comunidad yaqui, cuando también emergía la luna en el horizonte. En ese momento el tiempo que con la rebeldía empezará a recorrer el continente Americano, según Marcos será aquel “del calendario que haremos, en ese lugar de la nueva geografía que levantaremos, la luna cambiará la interrogación con la que nace y será de nuevo la sonrisa que anuncia el encuentro de la luz y la sombra”. En ese momento, terminó el discurso y señaló, allá del otro lado, la luna que sonreía a los asistentes.

Ahí terminó el Encuentro… ahora falta lo que falta.

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