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El entrenamiento de tropas mexicanas por los EEUU ha aumentado al mismo ritmo que la tasa de homicidios

La instrucción sobre el terreno por militares estadounidenses es llevada a cabo en la ciudad de México, Campeche y Chiapas -tierra zapatista


Por Bill Conroy
Especial para The Narco News Bulletin

18 de febrero 2013

El entrenamiento estadounidense de las fuerzas militares mexicanas se disparó en los años 2010 y 2011, coincidiendo con el fuerte aumento de homicidios producto de la guerra contra las drogas en México, como lo muestra un análisis de registros hechos públicos por la Ley de Asistencia Exterior.

El entrenamiento durante esos dos años, financiado por el Departamento de Defensa de los EEUU, y en menor medida por el Departamento de Estado, abarcó una amplia gama de habilidades militares e involucró cientos de programas de entrenamiento ofrecidos en los EEUU a fuerzas mexicanas así como como decenas (al menos 60) dispuestos en el interior de México.

Por ejemplo, en la ciudad de México durante esos dos años, los militares estadounidenses proporcionaron a las fuerzas de seguridad mexicanas entrenamiento en “conflictos asimétricos”, “contraterrorismo” y recopilación de “inteligencia de fuentes abiertas”, entre otros. El entrenamiento militar estadounidense también se proporcionó en otras partes de México, incluyendo el estado de Campeche, en donde los programas de infantería, puntería e inteligencia fueron suministrados a las tropas mexicanas; y en Chiapas, en el 2011, se proporcionó entrenamiento de infantería a los “Marines” mexicanos durante dos períodos de dos semanas en abril y septiembre.

Estos últimos programas de entrenamiento pueden ser considerados particularmente sensibles en la política mexicana, debido a que el estado mexicano de Chiapas es hogar del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Los zapatistas son un grupo indígena rebelde que gobierna más de mil comunidades rurales y que se levantó en armas en 1994. Sin embargo, desde que los diálogos de paz comenzaran en 1995, los zapatistas no han disparado ni un sólo tiro y se han convertido en una resistencia civil pacífica.

En la década de 1990, el presidente mexicano Ernesto Zedillo, miembro del del PRI,
llevó a cabo una fallida y violenta campaña de contra insurgencia en contra de los zapatistas que involucró el uso de fuerzas militares y paramilitares mexicanas – en el intento de destruir al movimiento indígena y a sus comunidades autónomas.

En otro frente sensible para las relaciones América Latina/EEUU, los registros de la Ley de Asistencia Exterior revelan que durante 2010 y 2011 también se proporcionó entrenamiento militar estadounidense a militares mexicanos a través del Instituto Hemisférico Occidental de Cooperación en Seguridad (WHINSEC, por sus siglas en inglés) del Departamento de Defensa. El Instituto antes era conocido como Escuela de las Américas, el cual, en décadas pasadas proporcionó entrenamiento a los más notorios violadores de derechos humanos en América Latina.

WHINSEC, que supuestamente se ha reformado y es sensible a los derechos humanos, ofreció al menos 10 diferentes programas de entrenamiento (algunos múltiples veces) a tropas mexicanas durante 2010 y 2011 en temas como “contra narcoterrorismo”, “operaciones conjuntas” y “operaciones anti drogas”, de acuerdo a información proporcionada por el Congreso de los EEUU a través de la Ley de Asistencia Exterior.

Los funcionarios estadounidenses entrevistados por Narco News sostienen que cualquier correlación entre el aumento del entrenamiento militar estadounidense y el incremento de las tasas de homicidio en México es nada más que “anecdótico.” Además, sostienen que en base a evaluaciones internas “clasificadas” militares de los EEUU, no hay evidencia que tropas mexicanas entrenadas por los EEUU posteriormente sean reclutadas por el crimen organizado o estén involucrados en corrupción relacionada con el narcotráfico. De hecho, un funcionario del Departamento de Defensa afirma que la tasa de homicidios en México podría reducirse si hubiera una utilización de la fuerza militar más “persistente” en contra de la violencia de los “cárteles” en las regiones mexicanas afectadas.

Sin embargo, la correlación entre el entrenamiento estadounidense y la tasa de homicidios en México sigue siendo notable, y hay evidencia pública que apunta a la significativa corrupción dentro del Ejército Mexicano que posiblemente podría aprovechar la capacitación militar estadounidense. De igual forma, la trayectoria de la guerra contra las drogas hasta ahora deja claro que entre más ataquen las fuerzas de seguridad mexicanas a las organizaciones criminales, mayor violencia cometen esos grupos, incluyendo en contra de civiles, para proteger sus mercados y sus territorios del gobierno y organizaciones rivales.

La inflexible estrategia militar del ex presidente mexicano Felipe Calderón en la guerra contra las drogas, como consecuencia, no ha podido responder adecuadamente ante la violencia en contra de la población civil en México, como algunos críticos acusan.

El nuevo presidente mexicano, el príista Enrique Peña Nieto, está prometiendo un curso diferente en el conflicto de la guerra contra las drogas al anunciar recientemente uss planes para dirigir una considerable suma, 9.2 mil millones de dólares este año, a programas sociales -aunque ofrece pocos detalles. Peña Nieto también promete poner énfasis en perseguir agresivamente los crímenes a nivele de calle (extorsión, secuestro, violencia de pandillas) en contraposición a orientar la lucha contra los “capos” del narcotráfico -estrategia que tuvo un gran costo para su predecesor del PAN.

Pero, ¿es muy diferente la estrategia contra las drogas de Peña Nieto que la de Calderón, o su retórica política es simplemente una máscara que oculta su plan menos innovador- un enfoque perseguido por las fuerzas de seguridad mexicanas, con la ayuda de los EEUU, desde hace años?

Los Números

En el año fiscal 2006, que terminó el 30 de septiembre de ese año, poco antes de que Calderón asumiera la presidencia en diciembre, el financiamiento total de entrenamiento estadounidense a tropas mexicanas era de U$ 1.3 millones. En el año fiscal 2010 (que empezó el 1 de octubre de 2009) ese número subió hasta U$12.6 millones; y un año después, el fiscal 2011 (el último año del que se dispone de cifras finalizadas), el financiamiento estadounidense alcanzó los U$15.2 millones.

En el año fiscal 2006, finalizado el 30 de septiembre de ese año, justo antes de que Calderón asumió la presidencia en diciembre, la financiación total de EE.UU. proporcionó entrenamiento a las tropas mexicanas ascendieron a US $ 1,3 millones. En el año fiscal 2010 (que comenzó 01 de octubre 2009), la cifra subió a $ 12,6 millones, y un año más tarde, en el año fiscal 2011 (el último año del que hay cifras disponibles finalizado), financiamiento de EE.UU. subió a $ 15,2 millones.

Del mismo modo, el número total de fuerzas de seguridad mexicanas entrenadas anualmente por los militares de EEUU pasó de 632 en el año fiscal 2006 a 2.206 en el año fiscal 2011, de acuerdo con cifras dadas a conocer por la Ley de Asistencia Exterior.

En México, los homicidios llegaron a 10,452 en 2006, según el INEGI (el organismo de estadísticas del estado). En 2009, el número saltó a 19,803; y luego a 25,757 en 2010; en 2011, el número subió otra vez, a 27,213.

Aunque el aumento en los homicidios en México comenzó en 2008, a tan sólo un año de que el entonces presidente Calderón desplegara al Ejército Mexicano en grandes cantidades en la guerra contra las drogas, el período de tres años (2009-2011) en el que los homicidios en México alcanzaran su cumbre durante su presidencia claramente está ligado cercanamente con el fuerte aumento de entrenamiento estadounidense proporcionado a las tropas mexicanas en el mismo período.

Ese entrenamiento es supervisado por el Comando Norte de EEUU (Northcom), una rama del Departamento de Defensa creada en 2002 que se encarga de la seguridad nacional así como de los esfuerzos de cooperación en seguridad con las Bahamas, Canadá y México.

Michael Kucharek, portavoz de Northcom, explica que el gobierno mexicano controla en última instancia el entrenamiento militar estadounidense proporcionado a México, ya sea financiado por el Departamento de Defensa o el Departamento de Estado.

“La forma en que se hace es que México decide que entrenamiento le proporcionaremos [los militares de EEUU] “, dice Kucharek. “Les proporcionamos una lista [de opciones] y el Ejército Mexicano decide lo que quiere”.

Kucharek añade que “nosotros [Departamento de Defensa] no vemos el entrenamiento contraproducente” y subraya que cualquier relación percibida entre la financiación de EEUU del entrenamiento militar para México y la tasa de homicidios de ese país es “anecdótica”. Insiste en que no hay evidencia real para mostrar que los soldados mexicanos entrenados por Estados Unidos se están uniendo a las filas de los grupos criminales para cometer asesinatos.

“No lo vemos de esa manera”, dice. “Creemos que los periodistas están haciendo un salto (cuando afirman que los soldados mexicanos se están uniendo a la delincuencia organizada en grandes cantidades). Para que lo sepas, tenemos nuestra propia manera de ver esas dinámicas… Creo que lo que se está tomando como un hecho (con respecto a los soldados mexicanos entrenados por los EEUU que luego se vinculan con el narcotráfico), de hecho no puede ser hecho.”

Kucharek, en esencia, dice que la culpa del enorme problema de los homicidios en México (más de 120,000 asesinados y unos 25,000 desaparecidos durante el gobierno de Calderón) tiene más que ver con la fuerza militar inadecuada.

“Es una guerra entre los cárteles que se encuentran bajo creciente presión [por la estrategia militar de Calderón]”, dice. “Cuando no está funcionando, se debe a la falta de fuerza persistente en algunas zonas de México para luchar contra ella [la narcoviolencia].

“[El nuevo presidente mexicano] Peña Nieto ahora quiere poner más dinero en programas sociales como una alternativa a la atracción de los cárteles”, Kucharek añade. “Vamos a ver si funciona, pero espera que la cooperación en seguridad militar [entre los EEUU y México] continúe.”

Sin embargo, el optimismo de Kucharek sobre el Ejército mexicano y los beneficios del entrenamiento de EEUU no parece cuadrar con los hechos sobre el terreno en México que no están clasificados. Un informe de Human Rights Watch de enero de 2013 señala que entre enero de 2007 y abril de 2012, el ejército mexicano inició 5,000 investigaciones de violaciones de derechos humanos cometidas por soldados contra civiles, sin embargo, “los jueces militares condenaron sólo a 38 militares por violaciones de derechos humanos.”

Y la corrupción dentro de las fuerzas armadas mexicanas no es un problema de bajo nivel, tampoco. El año pasado, un general del ejército mexicano y tres oficiales retirados (dos de ellos ex generales) fueron detenidos y acusados ​​de tener vínculos con narcotraficantes. Pero que generales mexicanos estén acusados ​​de vínculos con narcotraficantes no es nada nuevo. A mediados de la década de 1990, el zar de las drogas en México, un ex general del Ejército, también fue acusado y posteriormente condenado por brindar protección a los jefes del cártel de Juárez.

En el transcurso del gobierno de Calderón, más de 16 mil soldados mexicanos fueron acusados de deserción -cifra que no incluye a las decenas de miles de otros solados que desertaron y no fueron capturados, pero simplemente por desertar son considerados criminales. ¿Cómo creen que esas personas se ganan la vida?

Y luego tenemos a los Zetas, un feroz grupo del crimen organizado con experiencia en tácticas paramilitares -como la recopilación de inteligencia, vigilancia y puntería. Los Zetas fueron iniciados por miembros de la unidad de fuerzas especiales de Guatemala, los Kaibiles, de acuerdo con una presentación en Power Point de la DEA obtenida previamente por Narco News.

La Comisión de Derechos Humanos de Guatemala dice esto a cerca de los Kaibiles:

Mientras que los antiguos miembros de la Unidad de Fuerzas Especiales de Guatemala (Kaibiles) finalmente serán condenados por atrocidades cometidas contra los derechos humanos durante los 36 años de conflicto armado interno, Guatemala continúa entrenando Kaibilies y su papel se está ampliando para incluir la lucha contra el crimen organizado.

A pesar de una prohibición del Congreso que restringe la financiación directa al ejército de Guatemala debido a su participación en la violencia brutal, Estados Unidos continúa apoyando, capacitando y en coordinación con los Kaibiles.

Así que parece que el camino entre el entrenamiento militar estadounidense a tropas mexicanas y su explotación por el crimen organizado tal vez no sea directo, pero tampoco podría considerarse inexistente.

“Mi opinión es que hicimos una gran inversión de recursos en México para apoyar la política [guerra contra las drogas] de Calderón que no funcionó y sólo aumentó el derramamiento de sangre y puso a personas inocentes en el fuego cruzado”, dice Adam Isacson, asociado de la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos – un grupo independiente, no gubernamental enfocado en la formación política de los EEUU para apoyar los derechos humanos y la justicia social en América Latina. “[El gobierno de Calderón] no reformó los servicios de seguridad [de México], sólo los puso en la calle [para combatir la guerra contra las drogas]. Y ayudamos a suministrar el equipo [que no se mide en las cifras de la Ley de Asistencia Exterior] y el entrenamiento. Calderón debió de haber tenido una política diferente que tuviera más en cuenta la población civil.”

El Laboratorio

Aunque el recién nombrado presidente de México, Peña Nieto, promete un nuevo enfoque mexicano en la guerra contra las drogas,, ya hay señales de que no va a hacer mucho para cambiar la dinámica subyacente de la carnicería en las ciudades y comunidades rurales mexicanas.

En un frente, el gobierno de Peña Nieto planea sacar una de las páginas de las lecciones aprendidas por los EEUU en la guerra de Vietnam al hacer un esfuerzo por reducir y controlar la cobertura mediática de la violencia y muerte de la guerra contra las drogas. De acuerdo con reportajes mexicanos, está instando a que los medios hagan un esfuerzo por encontrar el “equilibrio” entre las noticias buenas y malas, y su gobierno está controlando estrechamente la exposición mediática.

“Lo que Peña Nieto está haciendo es … esconder la violencia… que no se note,” dijo el experto en seguridad Jorge Chabat en una entrevista con Associated Press. “Puede ser efectiva en el corto plazo, hasta que la violencia por sí misma sea tan evidente que el discurso sea insostenible.”

Peña Nieto también tiene previsto armar una fuerza paramilitar, compuesta por ex militares, que eventualmente alcancen los 40 mil hombres. Peña Nieto también espera crear una fuerza policial nacional única y consolidada. Con estas herramientas, dice, el Ejército Mexicano podría ser remplazado como la primer fuerza de seguridad en la guerra en México, y la batalla puede ser reenfocada de cazar a los principales capos ha combatir la violencia callejera y otros crímenes contra la sociedad, como la extorsión y los secuestros.

Pero, ¿es este enfoque en la violencia a nivel de calle realmente algo nuevo?

Una serie de correspondencia por correo electrónico involucrando a un diplomático mexicano obtenida por WikiLeaks parece mostrar que el Ejército Mexicano se ha enfocado en golpear “quirúrgicamente”a la delincuencia callejera por lo menos desde 2009, cuando Ciudad Juárez se hizo laboratorio para la estrategia.

La descripción del diplomático mexicano en los correos obtenidos por Wikileaks, llamado en código MX1, revela que hacía las veces de fuente para una agencia privada de inteligencia de los EEUU llamada Stratfor. Los detalles revelados de MX1 en estos correos con Stratfor concuerdan con la información pública de Fernando de la Mora Salcedo – un funcionario exterior mexicano que estudió derecho en la Universidad de Nuevo México, que trabajó en el consulado mexicano en El Paso, Texas y que después trabajó en el consulado mexicano en Phoenix (aunque, algunas fuentes indican, parece haber sido enviado de vuelta a México.)

MX1, en uno de los correos electrónicos publicados por WikiLeaks, describe la misión del Ejército Mexicano en Juárez en 2009 (el mismo año en que la tasa de homicidios comenzó a explotar) como una que involucra operaciones especial y de inteligencia incrustada dentro de una fuerza militar más grande. Estas unidades especial estaban encargadas de hacer “golpes quirúrgicos” en contra de “células” del narcotráfico y criminales callejeros.

Una revelación aún más preocupante en los correos es lo que el funcionario mexicano describe en un correo del 13 de julio de 2009 como el “cambio de estrategia” en el desplegado militar en Juárez – un cambio que enfocó la misión en un “objetivo más modesto.”

Del correo del 13 de julio de 2009:

El panorama más amplio de los cambios en la estrategia tiene que ver con un objetivo más modesto. A medida que los principales cárteles han garantizado las rutas hacia los EEUU, el problema de la adicción [en] Juárez está causando la mayor parte de la violencia. Alrededor del 80% de las víctimas de secuestro que sobrevivieron con las que hablas, mencionan que sus captores parecían estar drogados con algo.

Por lo tanto, un componente importante de la estrategia [del Ejército Mexicano] será prevenir secuestros y similares, dirigiendo los esfuerzos contra los adictos y las pandillas. Las pandillas están presentando problemas importantes debido a que están enojados entre ellos y sus jefes en el cártel debido a que no están obteniendo lo que se les prometió. El objetivo más modesto de la lucha contra la violencia social debería dar un respiro a los jefes [del cártel] para que puedan emitir órdenes para calmar los ánimos.

Es la estrategia esbozada por MX1 ​​muy diferente al plan de Peña Nieto de esencialmente retirase de la búsqueda de los jefes de los “principales cárteles” y en su lugar atacar al crimen callejero -con la ayuda de ex soldados re catalogados como fuerza paramilitar. El utilizar a los paramilitares, en vez de los militares, puede abrir la puerta para consecuencias más mortales para un número mayor de ciudadanos inocentes y objetivos políticos. ¿Podría ser esa la razón, en parte, por la que el gobierno de Peña Nieto intenta controlar el mensaje mediático sobre la guerra contra las drogas?

El tiempo lo dirá.

Pero una cosa está clara. Los funcionarios estadounidenses no parecen preparados para frenar la oferta de entrenamiento militar -operaciones especiales, inteligencia y entrenamiento de infantería, etc.- eso es necesario para que Peña Nieto alcance sus objetivos en la guerra.

Peter Valasco, portavoz del Departamento de Estado de EEUU, declaró lo siguiente en un correo electrónico a Narco News:

Cuando el presidente Obama se reunió con el entonces presidente electo Peña Nieto el 27 de noviembre [de 2012], los dos líderes reiteraron el compromiso compartido de trabajar juntos para cumplir con nuestra seguridad ciudadana común y los desafíos del estado de derecho. Los Estados Unidos siguen comprometido a trabajar en colaboración con México, y la administración del presidente de México, Enrique Peña Nieto, para hacer frente a los retos comúnes de seguridad.

Felicitamos al gobierno y al pueblo de México por su valentía y compromiso de luchar contra los criminales y la corrupción mientras fortalecen las instituciones. El gobierno ha tomado medidas importantes, entre ellas la profesionalización de las fuerzas policiales; instituir iniciativas contra la corrupción y el establecimiento a largo plazo de reformas judiciales. Nos hemos comprometido a trabajar en colaboración con México y con ganas de avanzar en los objetivos comúnes de ambas naciones en los próximos años con el gobierno de Peña Nieto.

El siguiente experimento en el laboratorio de guerra contra las drogas está listo para desarrollarse. Y parece que población civil de México aún se encuentra en la caja de Petri.

Permanezcan en sintonía…

Para ver los informes completos sobre la formación militar de EEUU ante el Congreso en la Ley de Asistencia Exterior, haga clic en los siguientes enlaces:

Año Fiscal 2010

Año Fiscal 2011

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