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Mkhuseli “Khusta” Jack y el arte del boicot

27 años después, el organizador sudafricano rememora la táctica que aceleró el fin del apartheid


Por Leehee Rothschild
Escuela de Periodismo Auténtico, Generación 2013

7 de junio 2013

El poder del boicot económico es una táctica en un movimiento que tuvo un rol importante en los años ochenta al acabar con las leyes de apartheid que fueron utilizadas para reprimir a los sudafricanos negros.


Mkhuseli “Khusta” Jack, a los 27 años organizó un boicot que ayudó a terminar con el Apartheid en Sudáfrica. DR 2013 Rodrigo Jardon.
Una figura clave en organizar una importante campaña en la lucha, un boicot de los consumidores, fue el joven sudafricano Mkhuseli (Khsuta) Jack, quien recientemente habló de sus experiencias en esa campaña con unos 80 estudiantes y profesores reunidos para la Escuela de Periodismo Auténtico 2013 de Narco News, la cual tuvo lugar en México entre el 17 y 27 de abril.

Como estudiante, a la edad de 27, Jack sirvió líder y portavoz de la campaña del boicot, la cual jugó un papel significativo en desestabilizar al régimen del apartheid en su tierra.

“El boicot tuvo éxito por la amplia participación, por la solidaridad internacional, y por el hecho de que la violencia del régimen contra nuestra gente le fue contraproducente, y por la resistencia de nuestro pueblo,” dice Jack.

Otra clave para el éxito de la campaña de boicot fue que no se limitó a movilizar sólo a la gente negra. Los organizadores del boicot también movilizaron aliados blancos y los incluyeron en el movimiento.

A mediados de los ochenta, las leyes del apartheid restringieron a los sudafricanos negros a vivir en los barrios y pueblos que rodeaban a la principal área metropolitana de Sudáfrica, Johannesburgo. Sin embargo, tenían que hacer sus comprar en un área predominantemente blanca de la ciudad. Pero los comerciantes blancos o eran muy inconscientes o apáticos sobre la represión en curso hacia sus consumidores, que eran habitantes de esos barrios.

Esta segregación creó la palanca necesaria para lanzar una campaña de boicot de los consumidores, la cual apuntaba a captar la atención de toda la sociedad sudafricana sobre la represión que se llevaba a cabo contra los sudafricanos negros que vivían en barrios aislados.

“Lo que detonó el boicot fue un grupo de mujeres ordinarias que habían observado la intensificación del conflicto en el país… Cada semana estábamos enterrando niños,” dice Jack

Las mujeres trataron de llegar a una forma alternativa de lucha, pero el panorama no era optimista, ya que el movimiento contra el apartheid parecía haber agotado todos sus recursos. La lucha armada de la rama militar del Congreso Nacional Africano había fallado, y para entonces sus líderes estaban encarcelados, asesinados o exilados. El estado suprimía brutalmente a la resistencia, y los manifestantes negros eran asesinados con frecuencia.
Mientras tanto, el Frente Unido Democrático (UDF), una organización formada por Jack y sus compañeros en Puerto Elizabeth, reunió a las organizaciones de mujeres y estudiantiles, así como sindicales. El UDF había movilizado al pueblo por años, con un enfoque en temas locales, como los problemas de alquiler y cierres de escuelas. Sus miembros animaron a la gente a involucrarse en las luchas que eran tangibles en sus propias vidas. De acuerdo con Jack, su actitud era, “Los apoyaremos en lo que los concierne, y ustedes nos pueden apoyar en lo que nos concierne a nosotros.”

A medida que el UDF tuvo pequeñas victorias, las movilizaciones crecieron y crecieron. Para 1985, el UDF había ganado la confianza y fe de la gente, y esto sirvió como base de movilización para el boicot.

Una campaña donde todos podían participar

El boicot fue una forma de resistencia en la que todos podían participar con bajos riesgos personales, y desde el principio el movimiento trató de hacer uso de este hecho y enfocar sus esfuerzos iniciales en la movilización masiva. “Comenzamos a tener reuniones en las calles,” dice Jack, “y aseguraron que todos estuvieran informados sobre lo que iba a suceder, y buscar su apoyo.” También trabajaron duro para minimizar los costos del boicot a los participantes al reclutar a comerciantes locales y normalizar los precios en los barrios.

El “Día D” para el boicot fu el 15 de julio de 1985. La totalidad de la población negra de Puerto Elizabeth obedeció. El efecto fue inmediato. Las tiendas propiedad de blancos, usualmente llenas de consumidores negros, estaban vacías. Luego de cinco días, en un intento por detener el boicot, el gobierno declaró estado de emergencia en los barrios negros.

Las demandas iniciales del movimiento eran simples y modestas, incluyendo la apertura de servicios públicos a todas las razas, el retiro de las tropas de los barrios y el fin de la discriminación laboral. Las demandas también fueron específicas en el lugar y contexto de la gente, atrayendo a que la gente se uniera a la lucha enfocada en sus propias causas e intereses.


Como profesor en la Escuela de Periodismo Auténtico 2013, Khusta Jack paricipó en el grupo de trabajo en Video Viral, donde además de asisitr a los becarios sobre el tema y mensaje de sus videos, aprendió a usar la cámara y a editar. DR 2013 Noah Friedman-Rudovsky.
Mientras el apoyo a la campaña del boicot crecía, se expandió tanto en su alcance como en sus demandas. El gobierno sudafricano, que había tenido que lidiar con el creciente aislamiento internacional así como con una economía en ruinas, una moneda inestable y constantes protestas internas, eventualmente fue forzado a obedecer. Los líderes del CNA fueron liberados de prisión, y las negociaciones entre el presidente Frederick William de Klerk y Nelson Mandela finalmente llevaron a la abolición del régimen del apartheid. Las primeras elecciones democráticas en Sudáfrica tuvieron lugar el 27 de abril de 1994. La mayoría negra del país salió a las calles y por primera vez, ejerció su derecho a votar como participantes iguales.

El éxito del boicot conducido por Jack y sus compañeros nos enseña sobre el poder de la no cooperación civil como medio para terminar con las fuerzas que parecen muy poderosas para derrocar. Jack explica que el resultado positivo sólo puede suceder cuando las masas comienzan a tomar el asunto en sus manos. “Una vez que les quitas el piso debajo de sus pies, el gobierno empieza a entrar en pánico.”

Khusta Jack hoy, una inspiración para las luchas modernas

En la actualidad Khusta Jack está retirado de la organización. Trabaja como empresario y está criando una familia. Pero Jack aún muestra que la pasión que lo llevó a ser portavoz de un movimiento, y la historia de su lucha no ha perdido relevancia. En 2006 una coalición de más de 70 organizaciones civiles palestinas lanzó un llamado a un boicot, desinversión y sanciones contra el estado israelí, conocido como la campaña BDS.

La campaña BDS hizo un llamado a la comunidad internacional a que haga un boicot a los productos hechos en Israel hasta que su gobierno cumpla con la ley internacional y respete tres cosas. Primero, el derecho al retorno de los refugiados palestinos que fueron desplazados en el proceso de establecer el estado de Israel en 1948. Segundo, la igualdad para ciudadanos palestinos en el estado de Israel. Por último es la libertad para los palestinos que viven bajo la ocupación israelí en Cisjordania, el este de Jerusalén, y la Franja de Gaza.

La campaña de boicot palestino puede aprender de la historia de Jack, al enfatizar no sólo el apoyo internacional sino también la movilización interna, promoviendo el boicot tanto en las calles palestinas como israelíes. Sin embargo, hay otra lección para el movimiento BDS desde Sudáfrica: el mensaje de esperanza.

Incluso cuando el boicot de UDF estaba cosechando éxitos, Jack no siempre fue optimista.

“Hubo momentos en que pensé que nunca podríamos ser libres, que nunca podríamos derrotar al gobierno del apartheid en nuestro tiempo. Aunque por alguna razón los acontecimientos se volvieron a nuestro favor,” dice Jack.

Sin embargo, hoy en día, Jack tiene más esperanza. Cuando se le preguntó si cree que la campaña de boicot palestina puede derribar otro apartheid de la misma manera que se hizo en Sudáfrica, respondió: “Es un camino largo, pero el movimiento lo logrará eventualmente.”

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