<i>"The Name of Our Country is América" - Simon Bolivar</i> The Narco News Bulletin<br><small>Reporting on the War on Drugs and Democracy from Latin America
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ABC de la revuelta popular

O cómo sacaron al tirano en Bolivia


Por Andrea Arenas Alípaz y Luis Gómez
Especial para The Narco News Bulletin

18 de octubre 2003

La Paz, octubre 17. No hubo golpe, fue el pueblo. Y nadie, ni siquiera el virrey David Greenlee, pudo salvarlo. Gonzalo “Goni” Sánchez de Lozada tuvo que renunciar a la Presidencia de Bolivia luego de semanas de movilizaciones populares, de haber masacrado a la gente, de mentir y de intentar por todos los medios de mantenerse en el poder. Ahora, vigilantes y festivos en las calles, los bolivianos son la expresión viva de la democracia construida desde abajo. En estas líneas, queridos lectores, trataremos de darles la imagen más clara posible de lo que ha ocurrido en este país donde el pueblo a reescrito la historia…

A. Quiénes y cómo

“Si el Goni quiere plata, que venda a su mujer”, comenzaron a gritar hace dos meses los hombres y mujeres de la Bolivia profunda y bronca. Todo comenzó así: la venta de las reservas de gas natural en este país, un negocio de miles de millones de dólares que el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada pretendía cerrar con las transnacionales Pacific LNG y Sempra, pasando por territorio chileno un gasoducto al Pacífico. “Ni las transnacionales ni los chilenos se deben beneficiar de la riqueza de los bolivianos… vamos recuperar nuestros recursos naturales”, fue la declaración del dirigente cocalero y diputado Evo Morales en una sesión de la Cámara de Diputados.

Felipe Quispe, diputado y líder nacional campesino, ha iniciado en los primeros días de septiembre una huelga de hambre exigiendo que no se venda el gas. El conodico Mallku fue claro: “Es un negocio personal de GonzaloSánchez de Lozada”. Igualmente, la Central Obrera Bolivia comenzó, liderada por Jaime Solares (un minero con 35 años de experiencia en la lucha sindical), una serie de marchas en diferentes regiones del país… pero el gobierno, que no veía fuerza alguna en estas movilizaciones, les restó toda importancia… eso fue un error.

Luego de los primeros bloqueos, enfrentamientos y muertes en las localidades altiplánicas de Sorata y Warisata (la Atenas del mundo aymara, porque ahí está la primera escuela indígena), una gran bola de nieve comenzó a formarse en las comunidades y en los barrios. Los dirigentes de las principales organizaciones populares comenzaron a instruir a sus bases: se radicalizaron las medidas de presión

El miércoles 8 octubre El Alto, con 800 mil habitantes en su mayoría indígenas mirgrantes, amaneció semiparalizada. Las juntas de vecinos comenzaron a acatar el Plan de Acción de la COB, fundamentado en la huelga general indefinida. Eso determinó el curso de la lucha, porque paralizar esa ciudad de pobres, con un promedio de edad por debajo de los 22 años, es dejar sin recursos, sin mano de obra, sin comunicaciones y sin alimento a La Paz.

Las masacres de los siguientes días acabaron por decidir al pueblo. El Alto resistió a palos y piedras las lluvias de gas y de balas. Y casi todas las ciudades del occidente boliviano se movilizaron. Mientras Goni aseguraba que no se iba, que los bolivianos estaban con él, Cochabamba entró en huelga, Oruro se paralizó, Potosí también y Sucre vio a 25 mil personas tomar las calles todos los días. En La Paz los vecinos salieron a recibir a los alteños, y juntos tomaron la popular Plaza de San Francisco varias veces, exigiendo la salida del gringo que los asesinaba…

B. Qué

Bueno, queridos lectores, primero fue el gas y no venderlo a las transnacionales para que lo sacaran del país por Chile. Pero conforme fueron ocurriendo las masacres, todos los dirigentes se plegaron a una sola consigna: la renuncia de Gonzalo Sánchez de Lozada. El hoy ex presidente pidió un diálogo sin condiciones la mañana del martes y lanzó un decreto para realizar referendos consultivos en torno al gas y los hidrocarburos. Pero ya era tarde. La bola de nieve estaba cerca de su casa, cayendo.

“¿Cómo vamos a dialogar con ese asesino?”, le replicó Felipe Quispe. “El pueblo sabe, el pueblo piensa, el pueblo decide. No habrá ningún diálogo hasta que renuncie el presidente”, aseguró Evo la tarde del miércoles, desde el centro de operaciones de la Coordinadora por la Defensa del Gas y la Soberanía, en Cochabamba. Por las radios, comenzaron a escucharse la voces del pueblo, de sus dirigentes y de algunos analistas comprometidos con los movimientos sociales: NO… que se vaya.

Ayer por la mañana llegaron a esta ciudad miles de cocaleros de Yungas, cientos de mineros del sur del país. El Alto volvió a bajar la ladera que lo ata a esta ciudad. Se armó un cabildo abierto para decidir qué hacer y el clamor popular fue no moverse un paso del pedido de renuncia. Nunca en la historia de la joven democracia boliviana hubo manifestación como ésa: 200 mil personas gritando, marchando, decidiendo desde abajo el futuro de su patria.

Hubo dos factores más que terminaron por desequilibrar a Sánchez de Lozada, que ya valoraba dar un auto golpe y mantenerse en el poder apoyado en los militares: el jueves a media tarde comenzaron a aparecer los intelectuales y los artistas, los periodistas y las clases media y alta. La ex Defensora del Pueblo Ana María Romero se instaló en huelga de hambre pidiendo también la renuncia, junto a ella estaban seis intelectuales y defensores de los derechos humanos, y un sacerdote católico. Diez horas después, había ya más de 400 personas en huelga de hambre en diversos puntos de Bolivia.

“Goni, cabrón, queremos tu renuncia”...

C. Cuándo.

Cuando marchan los sectores populares en Bolivia, hay un grito común, un responso. Uno de los marchistas siempre pregunta al contingente “¿Qué queremoooooosss?”. La respuesta varía según las exigencias de la movilización. “¿Cuándo”, vuelven a ser cuestionados los manifestantes. “Ahora”, es la invariable respuesta. Hoy, ya no hubo tiempo de hacerlo… el “ahora” de la revuelta popular se volvió realidad. Luego de matar más de ochenta bolivianos, de herir a más de 400 y de recibir el repudio de más de 1.500 huelguistas de hambre, Sánchez de Lozada salió literalmente volando de su puesto… hacia Miami.

Esta jornada, que alimenta con alegría nuestras últimas palabras en Narco News, fue de vértigo.

Eran las 9 de la mañana y los enviados de los gobiernos de Brasil y Argentina entraban a la casa presidencial, convertida desde el lunes en despacho de todo el gobierno. A las diez, los mediadores de Lula y Kirchner salieron hacia la casa del Vicepresidente Carlos Mesa, que unos minutos antes despedía en la puerta al virrey Greenlee: “No vamos a permitir que sea violentada la institucionalidad democrática”, dijo un virrey seguramente aterrado ante el panorama de indios que se olía desde lejos. A las cuatro de la tarde de ese día, decenas de militares se apostaron en la embajada de Estados Unidos para cuidarla.

A las 11de la mañana salió de la casa presidencial el socio de Goni y líder de Nueva Fuerza Republicana (NFR), Manfred Reyes Villa, y anunció a la prensa nacional renunciaba a la coalición del gobierno de Sánchez de Lozada. Mientras estos sucesos se suscitaban, el pueblo boliviano seguía marchando y rompiendo récords (eran ya casi 350 mil en las calles, venidos de todas partes).,

Hoy 17 de octubre del 2003, Bolivia celebró dos triunfos, por una parte el aniversario de la nacionalización de la Gulf Oil Company, y por otra la derrota del gobierno de Sánchez de Lozada. Al mediodía, otra marcha de los cocaleros de Yungas empezó a llegar a La Paz desde Calahahuira. Simultáneamente, otra marcha, conformada por más de 10,000 colonizadores venció el cerco militar y pasó triunfante por la Plaza Gualberto Villarroel.

Bajo tanta presión del pueblo boliviano, y a pesar de que doce horas antes, había ratificado ante dos medios internacionales, Telefé de Argentina y nuestra “querida” CNN, que no renunciaría a la presidencia, Gonzalo Sánchez de Losada preparó su renuncia a la presidencia. Sin embargo, no la presentó personalmente ante el Congreso, mandó un documento firmado y una grabación.

El aeropuerto del Colegio Militar, situado en la zona sur de La Paz, fue utilizado para ayudar en la fuga de Sánchez de Lozada y el Ministro de Defensa Carlos Sánchez Berzaín. Dos helicópteros pequeños transportaron al ex mandatario y a sus maletas. Cada vez que alguien bajaba de un helicóptero, los soldados, pecho en piso, apuntaban al tumulto de gente reunido tras la cerca: mujeres con carteles que decían “GONI GO HOME” y algunos periodistas que registraban la escena.

Evo Morales manifiestó a esas horas que este ha sido el gran triunfo del pueblo boliviano. Invitó a los bolivianos evitar nuevos confrontaciones y aseguró que estamos empezando a recuperar la democracia, “vamos a defender la Constitución”. Dijo que Carlos tendrá que responder al pueblo boliviano. El nuevo presidente tendrá que cumplir en temas como la asamblea constituyente, la educación y la salud, y la modificación de la Ley de hidrocarburos, ya que “no podemos perder tantas vidas para no conseguir el tema de los hidrocarburos…”.

Del mismo modo, Morales aclaró a la CNN las acusaciones hechas por Sánchez de Lozada, en las que lo acusaba de tener vínculos con las FARC y de ser narcotraficante. El dirigente cocalero negó todo y dijo que Goni había acusado permanentemente a los movimientos populares de cosas como ésta. Y con el nuevo gobernante, le preguntamos por teléfono luego de que habló con los medios comerciales, ¿qué hay del tema coca?... “Tendrá que aceptar la discusión de que nunca habrá cero coca en este país. Nos hemos sentado cinco veces con el ex presidente sin conseguir nada, ahora esperamos que las cosas cambien y que Mesa no se someta a los intereses imperialistas de los Estados Unidos”, fue la tajante respuesta.

“Nosotros”, desafió Evo, “las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, no vamos a permitir que esto siga así. El tema que el nuevo presidente tendrá que analizar se reduce a dos palabras: erradicación forzosa. Sabemos que el embajador [Greenlee] está tratando desde esta mañana de presionar a Carlos Mesa. Pero esperamos una nueva política, más abierta, más humana, que deje atrás todas los atropellos y asesinatos que nos han marcado todo este tiempo… de lo contrario, volveremos a salir a los caminos para que Mesa se vaya”.

Claro, tal vez, visto que uno de los lugares más combativos de Bolivia es el Chapare, y que el nuevo gobernante es, como dijo Miguel Pinto, un dirigente del sindicato paceño de periodistas, el “nuevo prisionero de palacio” (del pueblo, claro), un colega de Radio Erbol le preguntó si estaban considerando entrar al gobierno. El diputado cocalero consultado sobre la posibilidad de ser parte del futuro gobierno, respondió: “El MAS no quiere pegas [empleos], no cogobernará con Carlos Mesa ni con nadie porque tenemos grandes diferencias culturales e ideológicas”.

Durante la llamada que hicimos, Evo confirmó que no piensan ser gobierno. “Gómez, pero si ya viste lo que es capaz de hacer el pueblo. ¿Para qué necesitamos al gobierno? Si otra vez amenazan su coca, estamos seguros de que el pueblo saldrá a defenderla”... antes de colgar, porque estaba medio ocupado, le mandó un saludo a su compañero Al Giordano…

Pero su última respuesta fue particularmente especial. “¿Tiene alguna relación el tema del gas y la coca?”. Se escuchó un murmullo. “La defensa de los recursos naturales es un tema que afecta a todo el pueblo boliviano, es nuestra riqueza y debemos benficiarnos de ella. La coca también, porque es parte de nuestra cultura milenaria”, dijo. El Plan Colombia, reflexionó Evo, no es más que un pretexto para colonizarnos “Ahorita recuerdo que las tropas colombianas y gringas dedicadas al combate al narco también cuidan oleoductos, por ejemplo”. Y, queridos lectores, a que no adivinan en dónde han “descubierto” mucho petróleo y gas en este país… ajá, en el Chapare. Bueno sigamos con esta histórica jornada…

A las 9:30 de la noche dio inicio la sesión del Congreso que habría de legalizar la renuncia de Sánchez de Lozada. Previamente los jefes de los diferentes partidos políticos acordaron que dicha sesión sólo habría de leerse la carta remitida de Gonzalo Sánchez de Lozada y a dar el poder a Carlos Mesa. En la carta, Sánchez de Lozada dijo que la democracia estaba “siendo utilizada a conveniencia de algunos” (¿Con “algunos” quería decir millones?), y que “se ha utilizado como pretexto el tema del gas” con el fin de no hacer respetar dicha democracia… como si fueran los ciudadanos de a pie los que dispararon contra militares y policías.

Hace un rato, a las 10:25 pm, Carlos Mesa ha hecho su juramento a la nación, y se convirtió en Presidente, gracias al pueblo. En su primer anunció como mandatario, Mesa, quien por cierto es periodista, dijo que va a lanzar un referéndum para discutir el gas, “con carácter vinculante”, o sea, que lo que diga el pueblo será respetado. “Debemos ser capaces de entender al país a partir de etnias como quechuas, aymaras, guaraníes, que han construido con su sangre una historia de desigualdad que estamos obligados a reparar”, afirmó. Ahora, a las 10:45 de la noche, del 17 de octubre de 2003, Bolivia cuenta con un nuevo presidente, y desde la calle suenan fuegos artificiales, esta nación festeja su triunfo.

El pueblo vino, habló y decidió. Una nueva victoria para la democracia auténtica se ha construido, con muertos y con rabia. Y estos corresponsales, cansados, nos vamos a tomar una copa a la salud de Bolivia, que comienza su refundación en las calles. Eh, y otra porque tal vez no nos veremos más queridos lectores… Dan, Al, ha sido un placer traer a la meta esta alegría… la guerra contra las drogas impuesta por los gringos ha sufrido un duro revés con todo esto, no lo duden… el máximo dirigente en El Alto nos comentaba entre lágrimas que han “dado un tremendo sopapo a los Estados Unidos”... bueno, nos vamos, con una sonrisa franca, a un otro “lugar de un país llamado América… nos vemos en el próximo combate… ¡Salud!

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