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“Cuando soñamos solos queda como sueño, cuando soñamos juntos podemos convertirlo en realidad”

Los dirigentes y miembros de la Vía Campesina agradecieron a los compañeros zapatistas el darles uso de la palabra en el Encuentro Internacional entre pueblos Zapatistas y los pueblos del mundo


Por Murielle Coppin
Especial para The Narco News Bulletin

2 de agosto 2007

Caracol Morelia, 25 de julio. Desvelados por el famoso baile popular de la noche anterior, unos cien indígenas encapuchados y miles de invitados procedentes de los 4 continentes asistieron a las siete de la mañana a la ceremonia para inaugurar la mesa de la Vía Campesina, una organización mundial de campesinos, compuesta por 140 organizaciones de 56 países diferentes. Después de honrar los elementos de la vida -la tierra, las semillas, el fuego, el aire y el agua- que en el mundo entero están cuidados por los campesinos, entonaron el himno de la organización y prepararon así el público para escuchar durante unas 5 horas las ponencias sobre la situación de los campesinos en los países de los invitados : Brasil, Indonesia, India, Canadá, Estados Unidos y Tailandia.

Historia de la Vía Campesina : de Mons (Bélgica) a Morelia (Chiapas, México)


Foto: D.R. 2007 Moisés Zúñiga
Después de haberse juntado 8 organizaciones de campesinos de diferentes países en la capital nicaragüense de Managua en el año ‘92, los descontentos del neoliberalismo volvieron a unirse un año después en la pequeña ciudad de Mons (Bélgica) para formar la Vía Campesina, un conjunto de “muchas piedritas inconformes” (en total 140 organizaciones de 56 países diferentes) que se oponen a la vía capitalista para solucionar los problemas de los campesinos. Organizándose en 8 regiones (África – no estaba presente hoy por problemas de visa-, Europa, Centroamérica, Caribe, Sudamérica, Norteamérica, Asia del Sur, Asia del Este) decidieron luchar por la Vía Campesina contra el neoliberalismo que está acabando con los campesinos pobres en beneficio de las grandes corporaciones de los países ricos y sus aliados – la Organización Mundial del Comercio, los malos gobiernos, el banco mundial y el dólar-. La Vía Campesina se reúne cada 4 años para discutir el plan de trabajo y las estrategias de lucha en cuanto a los temas más importantes relacionados con la vida en el campo (género, soberanía alimentaría, reforma agraria, comercio sustentable, biodiversidad, derechos humanos, emigrantes y trabajadores rurales). Varios representantes del comité coordinador internacional, que está compuesto mitad por hombres mitad por mujeres, estuvieron hoy presentes en el caracol Torbellino de Nuestra Palabra en territorio zapatistas.

Todos víctimas de las políticas neoliberales

En un mundo de tantas riquezas culturales, tantos idiomas, tantos ecosistemas, tantos colores de piel, los campesinos del mundo globalizado están atrapados en un mismo mecanismo que les impide sobrevivir de la actividad más antigua de la humanidad : la agricultura. Los diez años de políticas neoliberales que ven todo lo que da la tierra como mercancía y los millones de dólares impulsados en sus prácticas dejaron las tierras sin vida y los campesinos sin tierras. Al implementar políticas de desarrollo capitalista e industrial los malos gobiernos generaron una serie de problemas graves para los campesinos del mundo. “El peso de todo eso recae en los pobres”, dijo el representante de Tailandia. Señaló que “los gobiernos sólo atienden a los ricos. Implementan leyes que son selectivas y que dependen de si uno es rico o pobre o de las mafias que gobiernan el país… Han aprobado leyes que nos quitan nuestros recursos naturales. Los políticos son empresarios disfrazados utilizando el desarrollo para beneficiarse a sí mismos.” Soraia Soriano, representante del Movimiento Sin Tierra (MST) expresó la misma queja : “El campo de Brasil se transformó en campo de soya, de caña y de eucalipto. Es un lucro para el agro negocio y para el gobierno porque exporta todo.” Criticó fuertemente la alianza Bush-Lula para controlar la producción mundial de biocombustibles, como etanol. “Los gobiernos administran la tierra y los demás recursos naturales de manera occidental” deploró el representante de Tailandia.

Los gobiernos de los 5 países representados en la mesa confiscan las tierras de los campesinos para regalarlas a grandes corporaciones trasnacionales que explotan los recursos imponiendo monoculturas con semillas transgenéticas y recurriendo a abonos químicos. Además, a consecuencia de los muchos tratados de libre comercio con el vil juego de importaciones e exportaciones, cayeron los precios en los mercados locales. Bajo el pretexto de modernizar el campo, los gobiernos ofrecen créditos que terminan por endeudar a los campesinos de tal manera que se ven obligados a dejar sus tierras para ir a buscar la vida en las grandes ciudades o en los países del primer mundo.


Foto: D.R. 2007 Moisés Zúñiga
La crisis en el campo en India llegó a tal grado que de 1992 hasta la fecha se han suicidado 150 mil campesinos desesperados. Para crear “zonas económicas especiales” 140 mil familias de la India perdieron sus tierras y 80 mil trabajadores rurales perdieron así su trabajo. Resucitando una ley de 1894 (durante la colonia inglesa) el estado de India ya compró y entregó a empresas privadas 120 mil hectáreas. Hace poco anunciaron la segunda fase en que van a quitar otra área igual. Según Yudhvir Singhe de la coordinación nacional de la Unión Campesina Bhartiya Kissan (BKU) de la India, el gobierno engaña prometiendo fuentes de trabajo y un mejor futuro en las “zonas económicas especiales”. Opinó que “la única seguridad económica es un pedazo de tierra”, a pesar de que sólo tiene un cuarto de hectárea de promedio por familia.

En los países del llamado “primer mundo” sufren los mismos problemas. Calisa de la Unión Nacional de Campesinos de Canadá deploró que desde los años ’60 hasta la fecha los campesinos – que representan sólo un 2 por ciento de la población canadiense- perdieron ya la mitad de las granjas. Dijo que es muy difícil empezar una granja, ya que ningún joven puede pagar los créditos.

Con la introducción de las monoculturas gestionadas por corporaciones también se perdió el respeto por la Madre Tierra, los milenarios conocimientos agrícolas, las relaciones humanas y la cultura. “Los productores de leche no llegan a tomar su propia leche, están llenos de antibióticos y nunca ven la luz del día….Las hortalizas crecen en tierra muerta por tantos productos químicos”, dijo Emmanuel de la Unión Paisana de Québec (Canadá). El delegado campesino indígena pagaqueyor del Norte de Tailandia contrastó esta situación elogiando la agricultura tradicional: “La agricultura tradicional de barbecho o de rotación respeta la naturaleza. Permite que la tierra descanse para recuperar los minerales del suelo. Dejamos reservas forestales en el bosque del cual recogimos muchas plantas medicinales…por eso demandamos el derecho de usar y administrar nuestros propios recursos forestales…porque nosotros, indígenas, sabemos lo que el mejor para nosotros. Vivir con el bosque es nuestra manera de vida.” Culpó a las escuelas públicas (antes la educación estaba en manos de monjes budhistas) de depreciar la práctica tradicional de barbecho como “simple roza-tumba-quema” . También opinó que funcionan como despojo indirecto : “Los programas de escuela son una ayuda falsa para los pueblos indígenas… hemos perdido nuestra historia, nuestras tradiciones, nuestros métodos de agricultura… Han debilitado nuestra hermandad entre indígenas y la diversidad de alimentos.”

Ante esta situación dramática en el campo, es preciso unirse, tal como lo dijo Emmanuel, para que “la agricultura vuelva a su vocación primaria de alimentar de manera sana a las personas” O en palabras de Calissa : “Tenemos que recuperar la agro cultura, la cultura de los campesinos porque el territorio y la cultura del pueblo vale más que el dinero y el poder.”

Listos para ir hasta la victoria final

La unión hace la fuerza, dice el refrán. Yudhvir Singh dio unos ejemplos de cómo el masivo movimiento campesino en India –recurriendo al principio de la desobediencia de Ghandi como arma principal- no puede ser ignorado por el gobierno. Así contó que 71 mil campesinos de su organización fueron arrestados durante la reunión de la Organización Mundial de Comercio que tuvo lugar en 2002 en Doha (Qatar). Al querer liberarlos, los presos dijeron que no se iban a ir a menos de que los policías fueran a trabajar en sus parcelas. Desde luego, la policía no aceptó. “Entonces,”, continuó, “nos negamos a salir de la cárcel y logramos ocupar el espacio total de la policía. Tuvieron que traer comida para 71 mil presos y luego pagarnos el pasaje de regreso a nuestras granjas.” Gracias a las luchas diarias en este vasto país lograron conseguir dos estados indígenas autónomos.

En Brasil, el MST con 2 millones de miembros logró recuperar tierra (del tamaño de Italia) a 350 mil familias. “Pero”, dijo Soraia Soriano, “después de eso, percibimos que era insuficiente y que tenemos que organizar otros aspectos de la vida campesina, tales como la producción, la escuela, el género y la salud”. Por eso, en el año 2003, inauguraron una escuela nacional donde enseñan la verdadera historia y las luchas sociales nacionales y de otros países. Además, organizan proyectos culturales para preservar las herencias culturales. En el ámbito de la salud, preparan medicamentos de plantas medicinales. Finalmente, empezaron unas cooperativas de artesanía y dan especial atención a la incorporación activa de la mujer en su organización.


Foto: D.R. 2007 Ingrid Fadnes
Las organizaciones campesinas buscan todas aliarse con otros sectores de la sociedad a fin de tener más peso. Por eso, a sus luchas se unen “ciudadanos preocupados de calidad de sus alimentos” (Emmanuel, Canadá), pescadores artesanales y habitantes de barrios marginales (Tailandia), abogados amigos (Brasil). Y luego se unen internacionalmente en la Vía Campesina para promover las relaciones económicas de igualdad, de paridad de género, de justicia social, de preservación y conquista de los recursos naturales en un mundo globalizado y neoliberal.

En este contexto, varios delegados de la Vía Campesina agradecieron la invitación de los Zapatistas al Encuentro y dijeron haber aprendido mucho de la lucha zapatista. Yudhvir Singh dijo sentir una “gran conexión” con el pueblo zapatista. “Regreso a mi país con muchos conocimientos que voy a compartir con mi organización y que vamos a aplicar.” Sorai Soriano señaló que “los zapatistas han sido una fortaleza para nosotros. Enfrentan mil retos. Son un ejemplo constante de que es posible una forma vida diferente… somos muy parecidos, tenemos el mismo enemigo y más o menos las mismas ideas. Tenemos muchos amigos a través del mundo… Es nuestra fuerza”.

A pesar de las similitudes y de tener el mismo enemigo, la gran diferencia entre las organizaciones de la Vía Campesina y la organización de los Zapatistas reside en la relación con el gobierno. Aunque todas se dicen autónomas e independientes de los partidos políticas, los Zapatistas son los únicos en construir una autonomía total en todos los aspectos –organización, salud, educación, comercio sustentable, etc-. Son los únicos que renunciaron completamente al diálogo con el gobierno para exigir sus demandas. Son los únicos que realizaron por sí mismos estas demandas no cumplidas por el gobierno traicionero. En cambio, las organizaciones miembras de la Vía Campesina buscan presionar a sus gobiernos. Así, la unión paisana de Canadá busca lograr reconocimiento legal como sindicato para poder influir en las políticas alimenticias. De la misma manera, la organización de Tailandia intenta demandar justicia al gobierno con “los pies descalzos y las manos vacías”. Soriano dijo al respecto : “Queremos que el gobierno se responsabiliza por darnos casas, carreteras, agua potable, electricidad, etc. porque tiene muchos recursos. Debe atender nuestras necesidades.” Pero al mimo tiempo reconoció que no siempre es el caso y que se ven obligados a organizarse por su propia cuenta.

Sea lo que sea, el Encuentro entre Pueblos Zapatistas con los Pueblos del Mundo, mostró hoy una vez más que las fuerzas del capitalismo no están por todos lados y que las resistencias y protestas heroicas en contra del neoliberalismo y a favor de la humanidad se expanden a diario por todo el planeta Tierra.

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