Lula puede gobernar Brasil

Los obreros quieren el poder

Por Luis A. Gómez

4 de octubre 2002

Sao Paulo, Brasil, 6 de octubre de 2002: A fines de los años sesenta, el joven Luiz Inácio da Silva comenzó a trabajar en las fábricas de Sao Paulo, el estado más poblado y desarrollado de Brasil. En ese tiempo su hermano mayor, que militaba en el Partido Comunista de Brasil, lo introdujo en la lucha sindical. Este trabajador metalúrgico, al que la gente conoce como Lula – que hoy luce una barba gris y tiene grabada una sonrisa bondadosa en el rostro-, en unas horas podría convertirse en Presidente de su país y dar un giro de tuerca a la historia de nuestro continente…

Por primera vez en su historia, el país más grande y poderoso de América Latina tendría un gobierno del pueblo, pues Lula, que ha sido candidato por el Partido de los Trabajadores (PT) las pasadas tres elecciones, tiene según las encuestas casi la mitad de los votos asegurados. En Brasil se requiere tener 50 por ciento más un voto para ganar en la primera vuelta, si no ocurre esto, los dos candidatos más votados irían a una segunda elección directa el próximo día 27 (y las encuestas dicen que igual en esa votación ganaría Lula). De esta suerte, treinta años de lucha contra la dictadura, contra el hambre y la pobreza que moran en todo el país, pueden fructificar en un gobierno “para todos los brasileños”, como afirma el periodista auténtico Renato Rovai, que nos sirve de guía en estas tierras.

Hoy, 115,2 millones de personas están votando. Hoy el Imperio puede salir derrotado en nuestra América. Hoy, si Lula gana, Brasil habrá de convertirse en una nueva de hoguera de esperanza para los que en verdad desean una vida más digna y justa. Es por eso que estamos aquí, esperando los resultados para hacer una enorme fiesta en las calles de esta enorme ciudad (con 10 millones de habitantes en el radio urbano y 20 si sumamos todas las ciudades que quedan en la periferia).

Como ha dicho Lula, un gobierno suyo significaría “acabar con la miseria y con el hambre que todavía castigan a casi 50 millones de personas en nuestro país. Significa posibilitar que la gran mayoría del pueblo brasileño obtenga la ciudadanía, que los jóvenes ya no tengan que enfrentar las increíbles dificultades que yo y tantas personas pasamos en esta vida. Mejorar a Brasil significa cambiar el rumbo, alejando a nuestro país de la situación de vulnerabilidad a que fue llevado por al actual política económica. Significa retomar el desarrollo con la redistribución de los ingresos y la justicia social… por tanto tenemos una coalición de todas las fuerzas que queiren cambiar de hecho a Brasil”.

Estén pendientes, queridos lectores, porque nuevamente este año, como ya sucedió en Venezuela y en Bolivia, el paisaje de la historia puede dejar de convertirse en derrotas para el pueblo todo… hoy la gente podría sonreir de nuevo. Y queremos compartir con ustedes esta importante experiencia.

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