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Disfrazados de periodistas

La insidia mediática en Bolivia


Por Luis A. Gómez
Especial para The Narco News Bulletin

15 de marzo 2005

LA PAZ (Bolivia).- Si atendemos a la leyenda, los ojos del corresponsal quedaron como platos, o algo parecido. Trabajando en Cuba para los diarios de un famoso mogul estadounidense, a fines de siglo XIX, recibió la orden de reportar sobre una inexistente guerra independentista en la isla… cuando explicó su desazón, el gran magnate (William Randolph Hearst) respondió al periodista que hiciera lo que le ordenaban. Hearst le aclaró las cosas: “Yo pondré la guerra”. Y la puso. Desde entonces, los medios comerciales se han dedicado con suerte dispareja a mentir, torcer o inventar, según convenga, como hacen en Venezuela desde hace años. En Bolivia pasa lo mismo…

Ya en octubre de 2003 fue notorio el alineamiento de casi todos los grandes medios bolivianos con el discurso del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada. Mientras masacraban personas en El Alto, que apenas podían defenderse con palos y piedras de balas y tanques, los diarios y los canales de televisión (casi sin excepción) hablaban de “enfrentamientos” entre las fuerzas represivas del Estado y los alteños movilizados. “¿Cuál enfrentamiento?”, me comentó alguna vez un dirigente del barrio Tupaj Katari, en el Distrito 5. “Aquí fue masacre, no enfrentamiento. Aquí no hubo guerra, hubo resistencia a esas masacres”.

En ese tiempo, como en éste, la gente pobre ha apedreado periodistas, camarógrafos, locutores y autos propiedad de los medios. En enero pasado, por ejemplo, este corresponsal vio cómo una periodista del canal fundado por Carlos Mesa, tratando de pasar un bloqueo en la autopista La Paz-El Alto, se enfrentó con la gente a golpes e insultos. Y el auto en que viajaba no pasó. Pero utilizó contra la gente (la del Distrito 6, por cierto) un arma que le daba ventajas: la cámara. Ella y su camarógrafo filmaron a los alteños que los insultaban por mentir (“Prensa vendida”, “Informen bien” y otras expresiones parecidas son moneda corriente entre la gente)... y sí, la gente se enfureció todavía más. La nota que salió al aire sobre el suceso solamente hablaba de agresiones contra la prensa, de las “agresiones” que día a día periodistas corruptos cometen en Bolivia contra la gente no se habló nada.

En las últimas dos semanas ha vuelto a ocurrir…


Dos aspectos de la manifestación de apoyo a Mesa. En uno la gente apretujada… en otro la mitad de la Plaza Murillo vacía, porque no eran más de mil.
Foto: D.R. 2005 Noah Friedsky
El pasado domingo 6 de marzo, luego de que Carlos Mesa anunciara su intención supuesta de renunciar al cargo de Presidente de la República, se dio un buen ejemplo de cómo operan los medios en Bolivia. La noche de ese día, luego de su discurso televisado en vivo, Mesa se reunió con un grupo de simpatizantes reunidos frente al Palacio de Gobierno. Todos los medios mostraron una “multitud” ferviente con Mesa, y casi ninguna foto -ningún encuadre, ninguna imagen- mostraba su tamaño, el espacio que ocupaban esos representantes de la clase media dando un “fuerte respaldo” al presidente. Acá les mostramos algunas imágenes de Noah Friedsky de esa noche… juzguen, queridos lectores, si eso se compara a los 40 mil alteños que se reunieron el lunes siguiente.


Haz click para imagen más grande.
Foto: D.R. 2005 Noah Friedsky
Durante el paro de hace diez días en El Alto, mientras al interior de la sede de la Federación de Juntas Vecinales de El Alto (Fejuve) se realizaba una asamblea general de presidentes de juntas, afuera los periodistas eran gritados, insultados y se les exigía irse. La cobertura sobre la movilización alteña se centró, casi totalmente, en no sacar nada que mostrara la contundencia del paro. Un buen ejemplo es la edición del diario La Prensa, que el martes 8 marzo dedicó casi la mitad de su edición al conflicto por el agua en la ciudad indígena. Todo tema fue cubierto y tratado extensamente… salvo el cabildo alteño del día anterior, al que dedicó unas cuantas líneas, publicando una foto pequeña (con el encuadre cerrado) en las páginas interiores.

Pero hay mucho más de esto… y ahora, además de negarse a dar una cobertura justa a los hechos, “haciendo trampas” con lo que publican, algunos medios ya directamente se dedican a la insidia, a la calumnia…

Algunos “Datos” sobre Soros

Hay una revistita en Bolivia que se llama Datos. Su director, un oscuro periodista que trabajó para el gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, se llama Carlos Rodríguez San Martín. Cada mes, en páginas de fino papel a todo color, Datos toca algún tema político, entrevista a algún personaje de la política o del mundillo cultural… es, en principio, una revista como cualquiera, o menos, porque su circulación es escasa. Sin embargo, en su último número (el 67, correspondiente a este mes), el “medio” que encabeza Rodríguez ha publicado el resultado de una “investigación”...


Último ejemplar de la revista Datos.
En cuatro páginas, agrupadas bajo el titular de “Lo que no se dijo en octubre“, un autor desconocido (ninguna de las notas lleva firma) deja entrever que la insurrección de octubre de 2003, que culminó con la caída de Sánchez de Lozada, estuvo al menos parcialmente financiada por George Soros. ¿Qué les parece? El magnate de origen húngaro, famoso por sus especulaciones en la bolsa y por poner millones de dólares al servicio de las campañas anti Bush, habría ganado un “primer round” en Bolivia, según Datos.

Vayamos a los argumentos de la revista (de quien quiera que haya escrito)...

Primero que nada, el anónimo tinterillo de Datos dice que mientras comienza el proceso contra Sánchez de Lozada y sus ministros, “nadie cuestiona a los actores sociales, entre líderes políticos y sindicales, que actuaron en abierta sedición contra el Estado de derecho”. Luego, el autor menciona las dos versiones sostenidas sobre el levantamiento alteño: que fue voluntario o que fue planificado y financiado. En primer caso, no deja de sorprender que habla de los “violentos enfrentamientos con las fuerzas del orden” que provocó esto. Pero es en el segundo en el que extiende sus argumentos.

Dice textualmente el inicio del párrafo segundo del texto: “Otros sostienen en cambio que hubo una insurrección planificada y financiada desde afuera”. ¿Quién dice? Bueno, uno de los que lo dice, y lo ha dicho mucho, es justamente Sánchez de Lozada, quien unos días antes de dejar el poder y el país ya acusaba a los líderes sociales de estar financiados por un gobierno extranjero. Y lo ha repetido no hace mucho tiempo en una columna en el Miami Herald, publicada el 19 de diciembre de 2004, cuando dijo que “al menos 70 miembros de las FARC… estuvieron involucrados en las protestas que forzaron mi renuncia”. Pruebas no ha ofrecido nadie, tampoco Datos.

La revista boliviana afirma: “DATOS tuvo acceso a documentación clasificada que asegura que el jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS), Evo Morales y su par indigenista Felipe Quispe Huanca, fueron financiados en el Octubre de 2003 por el magnate George Soros, hombre ligado a diferentes ONG-s desde donde se impulsa la legalización de la hoja de coca defendida por Morales”.

Tremendo, sin dudas. Y un lector ávido de información no haría más que seguir leyendo para enterarse de todo… pero a esta afirmación contundente y brutal, hecha en el segundo párrafo de la nota, no sigue absolutamente nada más al respecto, hasta que tres páginas más adelante vuelve a aparecer… en la frase que cierra la nota: “DATOS tuvo acceso a los documentos que hablan de George Soros como el socio mayoritario de algunos proyectos en Bolivia y que tiene gente trabajando para él en sus empresas”.

Un lector despierto se preguntará si Soros, además de gente, no tendrá dragones, fantasmas y duendes trabajando en sus empresas… y esperamos que hagan bien su labor, no como el imbécil que no firmó esta nota. También se podrá notar que entre la primera y la segunda menciones a Soros en Bolivia hay un matiz importante: pasan de decir que financió a Morales y Quispe a decir, que es socio mayoritario de algunos proyectos… entonces, ¿qué quedó en medio de ambas frases?

LaRouche y la coca

Inmediatamente después de decir que Soros financió en octubre de 2003 a Evo Morales y a Felipe Quispe, el autor de esta nota salta a resumir para sus lectores el contenido de una publicación en Estados Unidos que tocó el tema de Soros ligado a la coca y a Bolivia: el Executive Intelligence Review. Esta fuente citada en la “investigación” hecha por Datos, que por su nombre podría aparentar ser una publicación seria, no es otra cosa que el órgano reproductor de delirios de Lyndon LaRouche, el conocido fascistoide que alguna vez, peleando con el sionismo, se dio el gustazo de decir que el Holocausto era “una mentira”.

En el artículo mencionado, curiosamente, se habla de cómo Soros “ganó el round en Bolivia” para comenzar a crear un “imperio de la droga”... pero el texto del Executive Intelligence Review no es por ahora de nuestro interés. Lo que importa para este corresponsal es que la publicación de LaRouche es la única fuente concreta, del “reportaje” escrito por Datos, que menciona la supuesta influencia del magnate en este país… pero, y miren qué clase de loquitos son LaRouche y su grupo, nunca llegan a mencionar el supuesto financiamiento, aunque, eso sí, el Executive Intelligence Review menciona incansablemente el tema del cultivo de coca (y los cocaleros) como algo ilegal y únicamente ligado al narcotráfico, y Datos lo repite… sin más evidencia que sus palabras. Nada de cultura, nada de datos, nada de nada…

Apreciados lectores, aparte de todo esto, es bueno recordar que la nota de Datos ocupa cuatro páginas de la publicación, porque todo lo que hemos revisado hasta ahora ocupa solamente la primera de ellas y los cuatro últimos renglones de la nota. Por cierto que lo publicado en Internet es solamente el principio y no hay ningún pie de foto. ¿Pero con que llenaron lo demás en la revista? Bueno, el texto de las otras dos páginas del impreso está dedicado a hacer una biografía de George Soros, sin mencionar fuente alguna.

Algunas fotos…

Finalmente, aparte de un recuadro titulado “Radiografía”, en el que resumen a su gusto el perfil público de George Soros, el espacio que ocupa la “investigación” de Datos está poblado, como debe ser, por fotos de algunos personajes: Soros, Evo Morales, Oscar Olivera, Roberto de la Cruz y Felipe Quispe… lo que llama la atención son los pies de fotos, particularmente dos.

Debajo del retrato de Evo Morales se lee: “El líder de los cocaleros es uno de los aliados clave de Soros. Denuncia líderes políticos y fomenta plantaciones ilegales de coca”. Y el texto que acompaña la imagen de Oscar Olivera, a quien en ningún momento se menciona en la nota, dice: “Protagonista de la ‘Guerra del Agua’. Recibió un premio de US $ 125.000 promovido por la ONG Goldman en 24 de abril de 2001”. ¿Lo raro?

Evidentemente, en el caso de Morales ya dan como un hecho la relación entre el diputado del MAS y Soros… algo que por cierto nos desmintieron fuentes allegadas al hombre del Chapare: Evo y Soros nunca han tenido contacto, ni siquiera en forma indirecta. El caso de Oscar Olivera es peor todavía: ¿a santo de qué mencionan el premio que recibió si nunca hacen mención a su nombre en la “investigación”? ¿Pretenden los “periodistas” de Datos ligar a Oscar de esta manera con Soros como si el dinero que recibió de Goldman hubiera salido del bolsillo del magnate?

Como podrán ver, lectores de Narco News, la gente de Datos sale a la calle disfrazada de periodista para calumniar a la gente y, en este caso en particular, a los líderes sociales. “Miente, que algo queda”, reza un dicho por ahí... y en Datos parecen seguirlo al pie de la letra.

Decir que Soros financió a Evo Morales y a Felipe Quispe, sin pruebas ni más sustento que LaRouche, equivale a decir, por ejemplo, que la revista dirigida por el “coleguita” Carlos Rodríguez San Martín es propiedad de Carlos Sánchez Berzaín, para quien Rodríguez trabajó como secretario de prensa… Sánchez Berzaín, el hombre fuerte de Sánchez de Lozada que, junto al ex presidente, enfrenta ahora un juicio por las masacres de octubre de 2003. Esta relación, entre el masacrador Sánchez Berzaín y Datos, es vox populi en los medios periodísticos paceños. Sin embargo, no la vamos a demostrar aquí... por ahora… pero es evidente que el libelo de nombre Datos juega a algo más que desinformar a la gente… ya hablaremos más de esto.

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