English | Español | August 15, 2018 | Issue #43 | |||
La policía federal, autorizada para entrar a OaxacaUn día de asesinatos mientras los maestros negocian en el D.F.Por Nancy Davies
|
Foto: D.R. 2006 Nancy Davies |
La asamblea estatal la Sección 22 del sindicato de maestros local, le hizo un llamado a URO para que renuncie antes de Noviembre 30 y que se garantice la seguridad física del regreso de los maestros al trabajo, que se paguen los salarios retroactivos, se libere a los presos políticos, y que se retracte de las órdenes de arresto para los líderes tanto de la APPO como de la Sección 22, entre otras demandas. Estas demandas fueron parte de la decisión del voto de los maestros para regresar a las escuelas, programado tentativamente para Octubre 30.
Mientras el vocero de la Sección 22, Enrique Rueda Pacheco, estaba en la Ciudad de México hablando con el Secretario de Gobernación, Carlos Abascal, acerca de las condiciones para una apertura regional en fases de las escuelas, comenzaron los ataques en Oaxaca. Por supuesto que el problema para URO era que el retorno a los salones de clase no implicaba el desmantelamiento de la ocupación de la APPO del centro de la ciudad, ni el regreso de los edificios gubernamentales al gobierno. El voto de los maestros para regresar a clases también incluía la condición de que ellos continuarían su lucha para sacar a URO del gobierno.
Mientras tanto, URO se rehusó a renunciar o solicitar un permiso de ausencia. Durante la asamblea de los maestros, se oían disparos y se quemaban autobuses afuera del Hotel Magisterio, donde se llevó a cabo la asamblea.
El viernes por la mañana, día programado para el inicio de la gran huelga anti-URO, caminé por la calle de norte a sur cercana a mi casa. La recién construida y pequeña barricada del vecindario consistía de tres hombres, seis mujeres, una maraña de alambre de púas, una manta con consignas, y un barril. Sobre la avenida principal, el tráfico era leve y se iba haciendo más leve. En medio de la calle Niños Héroes, una mujer sostenía una sombrilla para el sol con una mano y con la otra aventaba a un lado las rocas que impedían el tráfico frente a su tienda. Cuando ella llegó a la acera donde estaba yo mirando, gritó: “¡Ya basta! ¡Ya fue bastante de estos bloqueos!” Parecía como si ella no entendiera que a no más de 300 metros detrás de ella, se estaban maniobrando dos autobuses, colocándolos para un bloqueo completo de la avenida.
La pacífica apariencia de este paro fue breve. A la hora en que yo regresaba a casa, la radio transmitió una historia diferente. URO había sido visto en Santa Lucía, y se le recordó a la gente que no debía sobrepasarse en sus acciones.
Para el mediodía del viernes, un mecánico, Gerardo Sánchez, fue raptado por dos hombres vestidos de civil y una mujer, en un vehículo, cerca del Puente El Rosario, y lo llevaron a Tlocolula, donde se localiza la prisión. Sus raptores fueron identificados más tarde como policías del ministerio del estado.
Foto: D.R. 2006 El Universal |
Durante la tarde tres maestros más fueron secuestrados y llevados a la prisión de la ciudad, donde ocurrió otra balacera. Emilio Alonzo Fabián, un maestro de 42 años de Loxicha, en la región de Pochutla, fue muerto a tiros cuando corrió con otros a interceptar un automóvil identificado como uno de los que usa la policía.
Los ataques continuaron durante toda la tarde en San Antonio de la Cal, en el vecindario de La Experimental, donde está situada la oficina de la Procuraduría del estado de Oaxaca; en Santa Lucía del Camino, y en Santa María Coyotepec.
Tres personas resultaron muertas antes de que salieran las noticias de las 11. Durante el segmento dedicado a Oaxaca por TV Azteca, URO anunció con firmeza que hubo cuatro muertos, pero que el tiroteo fue hecho por los de la APPO, mientras su policía estaba toda en sus cuarteles. Más tarde salieron fotografías y videos que revelaron que los que dispararon eran miembros de la policía del ministerio. URO fue entrevista por vía telefónica por TV Azteca, la cual estuvo simultáneamente mostrando gente con palos en sus manos, huyendo de lo que se podía escuchar que eran disparos. En el video clip, llevaban cargando el cuerpo de Brad Will, un reportero de Indymedia de Norteamérica., quien fue asesinado durante la tarde en Santa Lucía del Camino durante una confrontación con la policía del ministerio. Junto con él, un fotógrafo del diario Milenio recibió un disparo en el pie. Santa Lucia del Camino está ahora en manos del PRI.
En Santa Maria Coyotepec, veinticuatro personas fueron heridas cerca de las 11 p.m., en un ataque sobre la gente de una barricada. De acuerdo con los ciudadanos que estuvieron presentes en ese momento, las víctimas recibieron balazos disparados por policías vestidos de civil, y lanzadas a la prisión sin tratamiento médico.
Durante este mismo largo día, Enrique Rueda Pacheco estuvo en la Ciudad de México, negociando el regreso a clases con Carlos Abascal. Cuando él llamó a la estación de radio alrededor de las diez, no parecía demasiado enojado, pero los otros que le siguieron en la radio fueron más fuertes en su indignación. Lo más amable que dijeron acerca de Rueda fue que “es joven, es un político”. Joel Castillo, secretario del interior del PRI estatal, fue nombrado en Radio Plantón como el que está detrás de los ataques. “Las condiciones para regresar a clases no existen”, dijo un vocero de los maestros.
A mediodía del Sábado, 28 de Octubre, estamos esperando que haga su entrada la PFP. Los voceros en Radio Universidad están anunciando que no se rendirán ni las barricadas ni el zócalo.
Traducción del inglés por Francisco Álvarez Quiñones.
Haz click aquí para más del Otro Periodismo con la Otra Campaña