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En Querétaro, la “Otra Campaña” zapatista levanta el martillo del trabajador urbano

Después de escuchar testimonios en once estados mexicanos, el subcomandante Marcos prevé la llegada de “un levantamiento nacional”


Por Al Giordano
El Otro Periodismo con la Otra Campaña en Querétaro

8 de marzo 2006

Queretaro, México; marzo del 2006.- A partir del día de Año Nuevo, cuando el zapatista subcomandante Marcos – en su representación civil como “Delegado Zero” –comenzó su misión de ir al encuentro con las luchas que se dan por todo México, ha escuchado una y otra vez la historia de “la gran destrucción del campo mexicano” y se ha encontrado con que los indígenas y campesinos por igual están listos para la revuelta. Pero esa es solamente la mitad de la historia. Después de once semanas de la “Otra Campaña”, es claro que la rebelión no se detiene en la línea de la ciudad. Aquí, en Querétaro, la mano que sostiene el machete ha encontrado un aliado en la mano que sostiene el martillo del obrero, y Marcos exuda más confianza que nunca en que el torbellino de esta gira está creando el marco para “un levantamiento nacional”.


Foto: D.R. 2006 Bertha Rodríguez Santos
Primero, para dar el contexto, un viaje muy breve por la senda de la memoria de las pasadas diez semanas de una gira que, considerándolo todo, durará seis meses en esta su primera etapa: Escuchando a la “la gente sencilla y humilde que lucha”, Marcos ha prestado oídos, y ha dirigido los reflectores hacia los agricultores indígenas y campesinos en Quintana Roo que están luchando por defender sus tierras del embargo por parte de los desarrollistas de aeropuertos y Mecas turísticas. Él ha tomado testimonio “desde abajo” de aquellos que han sido más amenazados por los planes del gran capital para convertir el estado de Yucatán en una “hacienda gigantesca”. Ha escrito notas acerca de campesinos que se han organizado en Campeche, Tabasco y Veracruz. Ha dibujado una raya en la arena sobre la lucha de David-versus-Goliat para defender al Istmo de Tehuantepec en Oaxaca de los avariciosos mega-proyectos energéticos… El campo mexicano está de pie contra la pared y se está alistando para defenderse de la aniquilación, como el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ha demostrado que es posible hacer. El México rural ya está cosechando zapatismo desde el fondo hasta la cima.

Como vocero enmascarado y rebelde dirigiéndose hacia el Norte, también escuchó las verdaderas historias de las luchas magisteriales para salvar a la educación pública y democratizar su unión en contra de jefaturas corruptas, de los técnicos de teléfonos y trabajadores y trabajadoras marginados de las fábricas explotadoras en Puebla y sus “historias de dolor”, de los ancianos ex-braceros que se reunieron en Tlaxcala y que pronto acompañarán a Marcos a lo largo de la frontera con los Estados Unidos en Junio… Pero fue aquí en Querétaro, cuna del nacimiento de la lucha mexicana por su independencia de España en 1810, cuando la mano que sostiene la hoz o el machete levantó el martillo del obrero y Marcos le dijo al trabajador urbano: “Queremos aprender de ustedes”.

Es una lucha del Siglo XXI que va mucho más allá de las hoces y martillos del Siglo XX: A la “Otra Campaña” Zapatista se han adherido ya miles de organizaciones, familias e individuos; se han unido jóvenes que están cansados de ser criminalizados por ser jóvenes y rebeldes; por amas de casa “que ven la diferencia entre los precios de los productos básicos y los bajísimos salarios que tienen disponibles”, señaló hoy Marcos; por presos políticos y sus familias; por medios alternativos de información y periodistas auténticos; por homosexuales, lesbianas y “otros amores”; por niños; por ancianos consejeros del pueblo; por cualquier olvidado de las clases mercantiles y políticas dominantes… una expansión de resistencia que esta nación– quizá ningún país – ha visto nunca, tejiendo sus muchos combates en una sola y gran batalla.

Quizá el reto más grande para un movimiento que comenzó en las montañas del Sureste Mexicano con un levantamiento por sorpresa de campesinos rurales indígenas es si podrá cruzar hasta el interior de las fábricas, las minas y los centros de trabajo urbanos, y así convertirse en un movimiento verdaderamente nacional. “La Otra Campaña no será una lucha de clases”, dio a conocer Marcos el martes, “sin los obreros presentes”.

La “Otra Campaña” alcanza ahora hasta la mano que construye y la mano que construye la está alcanzando en reciprocidad. Comenzamos este reporte en el recapturado Salón del Sindicato de la fábrica de llantas en que los obreros que fueron despedidos y reemplazados cuando la corporación francesa multinacional Michelin compró las compañías – B.F. Goodrich y Uniroyal –donde ellos laboraban… y pueden todavía esforzarse y luchar una vez más.

“Nunca dejaremos de luchar”

Hace años, los jefes del anterior sindicato situaron las oficinas centrales del Sindicato de Trabajadores de Uniroyal en el afluente vecindario de Los Alamos, en Querétaro: esos corruptos administradores del dolor vendían a sus miembros de base tirándolos como dinero por la ventana en el año 2000. Ahí fue cuando 638 obreros capacitados fueron desechados como basura y reemplazados por hombres y mujeres más desesperados que ahora tenían que trabajar días laborales de doce horas por 1,000 pesos (cerca de 90 dólares) a la semana (un tercio de lo que alguna vez ganaron los obreros reemplazados).


Arnulfo González Nieto
Foto: D.R. 2006 Bertha Rodríguez Santos
“Antes éramos 1.200 obreros ”, dijo Arnulfo González Nieto, secretario general del sindicato que no moriría, a el Otro Periodismo el martes. “En 1990, Michelin compró nuestras dos fábricas, una en Querétaro y la otra en la sección Tacuba de la Ciudad de México. Inmediatamente comenzó una ola de represión contra nosotros para sobre-explotar nuestro trabajo. El trabajo que antes hacían dos obreros pronto tuvo que hacerlo solamente uno. Para el 2000, nuestras filas fueron disminuidas a la mitad, 638. La compañía cambió entonces los nombres de los portones – a Autopartes Internacionales de Querétaro –y nos cerró, dejándonos afuera. El presidente Vicente Fox vino a cortar el listón inaugural de la ‘nueva’ fábrica”.

“Nosotros fuimos vendidos por jefes corruptos del sindicato, conocidos como Charros”, explicó González Nieto. “Los Charros son parte del corporativismo del gobierno mexicano. Ellos trabajan con las grandes organizaciones laborales: CTM (Confederación de Trabajadores de México) y CROC (Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos). Son burócratas que se hacen individualmente ricos de manera ilegal debido a que siempre están al servicio de la dirección de la empresa. La fortuna de un charro individual sobrepasa con frecuencia la del ejecutivo de la fábrica o hasta la de su dueño. En nuestro caso, la CTM firmó un contrato para proteger los intereses del negocio contra cualquier demanda expresada por los trabajadores”.

“Ahora estamos desempleados”, continuó González Nieto. “Algunos de nosotros nos hemos ido a buscar mejor suerte y trabajo en los Estados Unidos. Otros manejan taxis. Y todavía otros nos encontramos en una situación patética ya que fuimos entrenados para hacer llantas. El año pasado, uno de nosotros, Mario Federico Flores Cárdenas, se suicidó. En su mensaje final, escribió que lo hacía porque ‘ya no tenía más posibilidades para ganarse la vida’. Otros han sufrido divorcios y problemas psicológicos debido a que ya no podíamos sostener a nuestras familias, no podemos pagar para enviar a nuestros hijos a la escuela”.

“Cuando la CTM nos traicionó, secuestró el Salón Sindical”, recordó González Nieto. “Nosotros les dimos pelea. Convocamos a una asamblea y votamos para elegir a nuestros representantes. En Octubre del 2005, recuperamos este salón y el de la Ciudad de México. Logramos forzar a nivel federal a que reconociera nuestro liderazgo legal. Cuando recuperamos estas oficinas, las encontramos abandonadas, saqueadas; nuestros documentos estaban desparramados por todos los pisos. Pero ahora hemos reactivado el trabajo del sindicato y esto nos hace muy felices”.

Los nuevos trabajadores en las fábricas Michelin, dijo González Nieto, “viven bajo una terrible vigilancia. Nosotros no podemos tener ningún contacto con ellos. Sus salarios son extremadamente bajos y deben trabajar doce horas al día. Hemos recibido noticias de heridas, daños y accidentes que han perjudicado a los trabajadores poco o mal capacitados. Y hemos sabido que esta historia ha sucedido en todo el mundo”.

Otro México… una batalla global

En el 2004, algunos miembros del Sindicato Uniroyal fueron invitados por los obreros de fábricas de Francia e Italia para que los visitaran y ahí les contaran sus historias. “En la ciudad Francesa donde 35,000 personas trabajaban haciendo llantas Michelin en 1985, sólo 4,000 tienen todavía sus empleos”, dijo González Nieto. “Encontramos fábricas desmanteladas y otras que todavía estaban desmantelando. Sus empleos se fueron a la India, a China y a Europa Oriental. Sin embargo, en el 2004, Eduard Michelin, el dueño mayoritario de la compañía, anunció un incremento de 140 por ciento en sus ganancias”.

Los obreros en la fábrica de México que hace llantas para la compañía Euskadi aprendieron la lección de los obreros de Uniroyal y sacaron a sus líderes sindicales charros, emprendiendo una huelga que forzó a los propietarios a ceder control de la fábrica a los obreros y a compartir la mitad de las ganancias con ellos. “Escuchamos de otros a través del mundo que su batalla es ahora un ejemplo internacional”, dijo sonriente González Nieto. “Democratizaron su sindicato y expulsaron a los charros”.

El martes por la tarde, el Subcomandante Marcos llegó a este salón sindical revitalizado. Ahí, González Nieto le dijo: “Somos de abajo y a la izquierda y por lo mismo nos hemos adherido a la Sexta Declaración de la Selva Lacandona. Nosotros y los hermanos y hermanas del EZLN estamos ahora juntos. Somos lo mismo”.

Otros organizadores laborales –maestros, trabajadores del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), un representante de obreros que luchan por sus empleos contra la compañía Tornel, y otros– tomaron el micrófono para convocar a la coordinación nacional y a la acción entre obreros y sindicatos en la “Otra Campaña” zapatista. Luego le llegó el turno a Marcos y tomó el micrófono:

“Queremos comprender la lucha de los obreros en la ciudad, particularmente en el sector industrial”, dijo Marcos. “Nuestras raíces y nuestra columna vertebral son los pueblos indígenas de Chiapas. No venimos proponiendo ser los líderes para otros sectores. Pero en esta primera etapa de la Otra Campaña queremos conocer, y asegurarnos de que otros conozcan, su resistencia y cómo generar solidaridad y apoyo”.

Luego Marcos hizo algunas propuestas a estos obreros, como hizo hace dos semanas a los obreros ex-braceros en Tlaxcala: “Les estamos pidiendo a ustedes como trabajadores industriales… a que se conviertan en maestros en la Otra Campaña, a que nos enseñen a nosotros y a otros sectores lo que es un movimiento de obreros… Ustedes saben cómo se manejan los contratos. Los indígenas, los jóvenes, los otros que todavía no los conocen a ustedes necesitan sabe cómo hacer eso… Por favor, dénos clases”.

“Algunos ven la rebelión Zapatista, o la lucha de los obreros de Euskadi, o su lucha, como defectos o excepciones del capitalismo”, opinó Marcos. “Pero estas luchas son realmente sugerencias de la posibilidad de otro México. La lucha de los de Euskadi nos demostró la importancia de ir construyendo el apoyo internacional. La Otra Campaña no es solamente el lugar de la mejor y más chingona gente de México, sino que también es un lugar para que gente como ustedes nos enseñe. Porque todos los otros sectores organizados de la sociedad también están al borde del mismo abismo”.

“A la propuesta de que es tiempo de demandar la expropiación de una empresa, para hacer esta demanda específicamente… por favor añadan el nombre del EZLN. En el caso de la mina en Coahuila donde tantos trabajadores acaban de morir, el capitalista es responsable”, dijo Marcos, sugiriendo que esa mina debería ser el lugar para comenzar a “tomar la ofensiva” y regresar las empresas a las manos de los trabajadores. “Decirle a los obreros ‘Ahora vamos por tu fábrica’ es algo nuevo”.

El Delegado Zero también propuso que los miembros del sindicato lo acompañaran en la Ciudad de México el 1º. de Mayo – Día International del Trabajo– para una marcha masiva, “pero que no sea solamente por un día… Necesitamos un Otro Mayo de los Trabajadores”, y propuso “un encuentro nacional” de trabajadores industriales “que se realice aquí en Querétaro, con ustedes como anfitriones. Y juntos podemos reunir a ‘Los Otros Trabajadores’ en México”.

Ya que terminó esta reunión, los líderes y miembros de sindicato se reunieron en privado, en un salón trasero, con el Subcomandante Zapatista, haciendo planes para los próximos pasos. Hombres y mujeres que no hace mucho fueron lanzados a la calle se subieron a un escenario central nacional, desde su reconquistado salón sindical. Desde las cenizas de una terrible derrota en esta ciudad, hace solamente seis años, después de una infatigable lucha, brota la posibilidad de un Otro México… la expropiación de una nación de las manos de quienes la robaron… una rebelión nacional … Un otro México… no solamente sembrado… sino también construido… por manos humanas.

(Traducción por Francisco Álvarez Quiñones)

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